Tito y Otilia, una pareja que se elige hace 73 años

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Fue en el gran salón del Club Brandsen -aquel de avenida 60-, en el que Rubén “Tito” Soria y Margarita “Otilia” Constenla se conocieron.

Algunos dicen que fue él primero quien la vio. Otros aseguran que ella se enamoró al instante. Ambos confiesan que fue un flechazo, un amor a primera vista que, con los años, se transformó en una relación que almacena aventuras, desafíos superados y recuerdos que alimentan el alma.

Hoy, Tito y Otilia, cumplen 73 de matrimonio tras su unión en 1952. Dos hijas, seis nietos, un bisnieto, y un barrio rendido a sus pies: el eterno legado de una pareja que simplemente fue.

Es cierto: hubo discusiones, conflictos, dudas, épocas no tan brillantes. Pero, la compañía, el amor auténtico y la confianza de estar en el lugar indicado con la persona indicada, mantuvo firme este ejemplo de amor verdadero.

El barrio que emerge entre las avenidas 19 y 25, y entre 60 y 66, (específicamente aquellos vecinos de la calle 63) los han adoptado como los abuelos de todos. Ellos, han respondido con generosidad, ternura, sabiduría y un gran manto de afecto que desplegaron en cada rincón de la comunidad.

Tito está cerca de cumplir un siglo de vida, precisamente 97 años. Otilia tiene “casi 92”. A pesar del paso de tiempo, es común verlos caminar juntos a paso lento pero firme, en las calles de la Ciudad.

En ocasiones lo hacen de forma estrecha, entrelazando y rodeando sus cuerpos con los brazos del otro. Otras veces, caminan a una distancia prudente, volviendo la vista para protegerse.

Lo cierto es que siguen andando juntos, con la complicidad, alegría y fidelidad de siempre.

Llama la atención una relación tan extensa en un época cuyos vínculos han mutado. En el 2025 se habla de poligamia, de relaciones abiertas, de aplicaciones de citas. ¿Es una cosa o la otra? ¿Hay elección a la hora de amar?

Preguntas que poco les interesan a Tito y Otilia que, en su aniversario de casados, permanecen como en la imagen: uno junto al otro, sonrientes.

Esta historia es una oda al amor donde la edad es un número; la época, un escenario; y el otro, único.

¿El legado? Una forma de vivir que trasciende generaciones y que, sin querer, inspira a todo aquel que los conozca.

 

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