La seguridad en estado crítico: un asalto y el recuerdo de un ataque fatal
Edición Impresa | 23 de Abril de 2025 | 02:22

Un hombre de 44 años, chofer de ambulancia, se convirtió en víctima de un brutal robo a manos de motochorros cuando se disponía a cumplir con su turno de trabajo.
El hecho ocurrió este lunes minutos antes de las 7 de la mañana. La víctima abandonó su domicilio en calle 133 entre 64 y 65, subido a su moto, tomó su ya habitual recorrido rumbo al trabajo. Todo transcurría con aparente normalidad hasta que, en el cruce de 18 y 38, advirtió la presencia de dos hombres a bordo de un rodado similar al suyo. Ambos llevaban cascos y, lo que en un principio parecía una coincidencia, terminó convirtiéndose en una emboscada.
Los delincuentes comenzaron a seguirlo y, en 38 entre 14 y 15, lo interceptaron con fines de robo. El acompañante descendió del rodado, extrajo un arma de fuego y lo amenazó para que bajara de su moto. En cuestión de segundos, además del vehículo, los ladrones le sustrajeron un morral negro, que contenía su teléfono, una billetera con dinero, tarjetas y documentación.
Consumado el hecho, los motochorros se dieron a la fuga. Uno de ellos escapó por calle 15 hacia 16 a bordo de la motocicleta de la víctima, mientras que el otro lo siguió de cerca en la moto con la que habían llegado. Hasta el momento, permanecen prófugos.
Aunque las hipótesis apuntan a un robo al voleo, la modalidad con la que actuaron los delincuentes -rápida, precisa y sin dejar margen de reacción- genera sospechas sobre una vasta experiencia en la materia. En ese sentido, los investigadores ya se encuentran analizando las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona para desentramar el atraco.
Este nuevo ataque remite inevitablemente al caso del enfermero Jonatan Calderón, ocurrido el pasado 15 de febrero. Calderón fue interceptado por dos motochorros cerca de las 5.50 de la mañana, a metros de la base de la empresa de emergencias médicas SIPEM, en 10 y 63. El trabajador de la salud fue baleado en el omóplato izquierdo durante un forcejeo y, aunque los delincuentes se dieron a la fuga con su moto y su mochila, su vida se apagó en el lugar. El crimen provocó una ola de indignación, que culminó en una masiva movilización frente a la Municipalidad para exigir justicia.
Hoy, a más de dos meses de aquella tragedia y, el eco de ese disparo aún retumba en la memoria colectiva, la historia casi se vuelve a repetir.
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