Un jubilado de Berisso cayó en el juego de seducción de otra viuda negra: terminó golpeado y desvalijado
Edición Impresa | 14 de Mayo de 2025 | 04:11

Un vecino de Berisso, retirado como personal jerárquico del Servicio Penitenciario bonaerense, acordó en la noche del sábado una cita con una joven de 24 años, a quien pasó a buscar por el barrio porteño de Boedo. Se habían conocido a través de una aplicación de citas y ya se habían visto en una ocasión, también en Capital Federal.
Si bien habían acordado con la chica un encuentro en su casa de Altos de Los Talas, a ella solo la movilizaba el dinero. Era una “viuda negra”. Por eso la noche terminó de la peor manera: con el hombre sedado, golpeado y desvalijado.
Se supo que la impostora contaba con apoyo de varios cómplices, que la siguieron en el viaje hacia Berisso.
Así, cuando la chica dejó nocaut a su anfitrión, con un poderoso somnífero, que colocó en una copa con champagne, no tuvieron problemas en saquear la propiedad.
Según lo que informó Gabriel, la víctima, el sábado a las ocho de la noche “fui a buscar a esta joven a Boedo y vinimos para mi casa de Altos de Los Talas. Me puse a preparar la comida y ella mientras puso todo en la mesa, inclusive dos botellas de champán y dos copas para cada uno”.
La situación fue aprovechada para “ponerme la droga en mi copa”. Así, tras tomar un trago, “sentí mareos y fui a recostarme a mi cama, donde me dormí durante 15 horas”.
Sin embargo, en ese estado de somnolencia, “sentía voces de hombres y también golpes en mi cuerpo con un objeto que nunca supe qué era. Inclusive, uno de los tipos le decía a otro `cortale el cuello, por la plata´. Como si no hubiesen quedado conforme con el dinero que me robaron”.
Consultado por las pertenencias que le sustrajo la banda, reveló que “un millón de pesos en efectivo, dos televisores nuevos, una notebook, una computadora de mesa, joyas de oro de mi mamá, dos celulares, perfumes y anteojos”. Y acotó: “Además me llevaron las llaves de la casa”.
Pero, desesperado, admitió que lo que más lo tiene angustiado es que también se llevaron la moto de un amigo, que se la había dejado a resguardo en su vivienda. ¿La razón? Ese rodado costaría en el mercado algo más de 13.000 dólares.
Durante su relato, Gabriel a su vez se mostró desconcertado, porque “tengo perros bravos en casa, por eso no entiendo cómo lograron que no los atacaran, ya que ni siquiera los durmieron ni los envenenaron”. Reflexionó que “se ve que son profesionales”.
Antes de escapar con todo lo más arriba detallado, la banda dejó arriba de una mesa una nota con un mensaje que lo colmó de miedo. “Me escribieron `Vamos a volver, muerto vas a estar´. Ya la Policía está al tanto de todo, porque radiqué la denuncia en la comisaría segunda de Berisso y también fui a contar el caso al ministerio de Seguridad”.
Gabriel aludió a los momentos posteriores al atraco. “Me desperté 15 horas después, me subí a los tumbos a mi auto y manejé como pude hasta la comisaría. Cuando fue la Policía Científica a casa, yo balbuceaba y no podía mantenerme en pie. Llamaron al hospital para que envíen una ambulancia, que fue la que me trasladó al Larraín y estuve internado algunas horas. Soy paciente cardíaco y mi cardiólogo dijo que pude haber sufrido una muerte súbita. Estoy vivo de casualidad”, enfatizó.
Ahora el damnificado espera que se investigue a fondo para dar con los delincuentes.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE