“Encallar” el cuerpo: la estrategia que protege de los golpes a deportistas
Edición Impresa | 18 de Mayo de 2025 | 06:25
En las artes marciales y en los deportes de contacto como el boxeo, existe una técnica silenciosa pero esencial que muchos entrenadores y atletas practican casi por reflejo: “encallar los músculos”. Lejos de ser un simple gesto de rigidez, se trata de una contracción muscular voluntaria y precisa que protege al cuerpo frente a los golpes. Esta habilidad, que se enseña desde los primeros niveles de entrenamiento, cumple un rol clave en la prevención de lesiones y en la resistencia física durante la competición.
Kinesiólogos y fisiatras explican que cuando un músculo está contraído en el momento del impacto, actúa como una barrera amortiguadora que disipa parte de la fuerza del golpe, reduciendo el daño sobre órganos, articulaciones y tejidos blandos. Por el contrario, si el cuerpo se encuentra relajado, la energía del impacto se transmite directamente al interior, aumentando considerablemente el riesgo de contusiones, desgarros o incluso lesiones internas.
Esta técnica, sin embargo, no consiste en tensar todo el cuerpo de forma constante. Profesores y licenciados en educación física advierten que el verdadero arte está en el control fino y consciente: tensar en el instante justo, y relajar luego. Esa coordinación, que involucra también la respiración y el foco mental, se entrena con la misma importancia que un golpe, una esquiva o una postura. En disciplinas como el karate o el taekwondo, se trabaja de forma constante para que esa contracción ocurra con precisión casi automática.
Técnicos en prácticas deportivas aseguran que el desarrollo de esta capacidad permite sostener entrenamientos más intensos sin comprometer la integridad física. La práctica regular de encallar los músculos ayuda a que el cuerpo soporte mejor la carga de trabajo, evitando sobrecargas musculares y fortaleciendo los tejidos profundos que sostienen el sistema locomotor. Así, la contracción no solo protege en el momento del golpe, sino que también construye una musculatura más sólida y resistente a largo plazo.
Desde la fisioterapia también se indica que esta contracción activa fortalece huesos, tendones y ligamentos, generando un sistema más robusto ante los traumas físicos. De hecho, muchos planes de rehabilitación posteriores a una lesión incluyen el reentrenamiento de esta respuesta muscular, con el objetivo de que el deportista no solo se recupere, sino que vuelva con mayor capacidad de protección frente a nuevos impactos.
Además, el encalle muscular se complementa con rutinas físicas bien planificadas que incluyen calentamiento previo, movilidad articular, estiramientos dinámicos y elongación posterior.
Los especialistas coinciden en que este abordaje integral es lo que permite un uso inteligente del cuerpo, maximizando el rendimiento sin poner en riesgo su salud. “No se trata de endurecerse como piedra, sino de saber cómo y cuándo endurecer”, repiten entrenadores y preparadores físicos.
Durante los combates, esa tensión puede pasar desapercibida para el ojo inexperto: una contracción abdominal al recibir un golpe al torso, un tensado rápido del muslo al esquivar una patada, o el endurecimiento fugaz del cuello ante un impacto frontal. Pero en cada uno de esos gestos hay años de práctica, de control neuromuscular, de entrenamiento específico que busca preservar el cuerpo incluso en las condiciones más exigentes.
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