Crece la esperanza: hubo más de 4.200 trasplantes en 2024

Las cifras del INCUCAI consolidan una recuperación sostenida del sistema de trasplantes, que había sido fuertemente afectado por la pandemia. Destacan el notable impulso que representó la Ley Justina

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En 2024, la solidaridad volvió a marcar un hito: se realizaron 4.263 trasplantes en todo el país, incluyendo 2.156 de órganos y 2.107 de córneas. Además, 1.307 trasplantes de médula ósea aportaron nuevas oportunidades, especialmente a pacientes pediátricos, que representaron 308 de esos casos.

Las cifras consolidan una recuperación sostenida del sistema de trasplantes, que había sido fuertemente afectado por la pandemia. Desde el récord de 1.945 trasplantes de órganos en 2019, las cifras descendieron abruptamente en 2020, pero comenzaron a recuperarse a partir de 2021. En 2023 se realizaron 2.143 trasplantes de órganos, y 2024 cerró con una tasa de 17,7 donantes por millón de habitantes, apenas por debajo del máximo histórico prepandemia.

Unas 7.378 personas esperan actualmente un trasplante en Argentina. Detrás de cada número hay una historia, una familia, una urgencia. El trasplante es, muchas veces, el último recurso ante una enfermedad terminal. Y es también, quizás, la mayor expresión de solidaridad que una sociedad puede ofrecerse a sí misma.

“Nadie está exento de necesitar un trasplante. Una enfermedad, un accidente o una situación inesperada pueden cambiarlo todo, para nosotros o para alguien que queremos. Un solo donante puede salvar hasta siete vidas y mejorar la calidad de muchas más”, resalta la doctora Valeria El Haj, directora Médica Nacional de OSPEDYC. “Nuestra sociedad ya demostró ser solidaria cuando el Congreso votó por unanimidad la Ley de Trasplante. Y hoy, más que nunca, necesitamos seguir fortaleciendo la cultura de la donación”, afirma por su parte la doctora Susana Bauque, jefa del Servicio de Terapia Intensiva del Hospital Italiano de Buenos Aires, referente nacional en procuración.

UN ANTES Y UN DESPUÉS

En 2018 el Congreso nacional aprobó la Ley 27.447, más conocida como Ley Justina, una norma que cambió el paradigma de la donación en el país. Desde su entrada en vigencia toda persona mayor de 18 años es considerada donante, salvo manifestación contraria; lo que impulsó un aumento sostenido en las tasas de donación y simplificó los procesos.

Sólo en 2024, se llevaron a cabo 1.972 procesos de donación, muchos de ellos en contextos de muerte encefálica o paro cardiorrespiratorio.

La normativa, sin embargo, distingue los casos pediátricos: la decisión en niñas, niños y adolescentes sigue recayendo en sus tutores legales. Por eso, los equipos de salud también tienen la responsabilidad de acompañar, informar y cuidar a las familias en esos momentos tan delicados.

Durante el año pasado Neuquén se destacó entre el resto de las provincias por ser la de mayor tasa de donantes del país: 41,6 por millón de habitantes, más del doble del promedio nacional. Una cifra que refleja el compromiso de sus profesionales de la salud y de una comunidad que entiende que la vida puede continuar gracias a un acto altruista.

“El trasplante es un tratamiento que se indica ante una situación límite. Cada uno de nosotros podría estar del otro lado, esperando una segunda oportunidad. Y también, cada uno puede ser esa oportunidad”, reflexiona el licenciado Pablo Rodríguez, integrante del equipo de procuración del Hospital Italiano.

Donar órganos es más que un acto médico: es una decisión que salva vidas. Es abrazar la posibilidad de que, aún en el dolor más profundo, alguien más pueda volver a reír, caminar, respirar y soñar.

Detrás de cada número hay una historia, una familia, una urgencia

 

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