Se picó en Globant: quién es Valeria Abadi, la gerenta que renunció sin saludar a los fundadores del unicornio nacido en La Plata
| 26 de Junio de 2025 | 08:07

La reciente renuncia de Valeria Abadi, la voz que ayudó a construir el "relato amable" de Globant, dejó al descubierto las fisuras entre la imagen corporativa de la empresa y la dura realidad que viven sus empleados. Abadi, quien fue Vicepresidenta Senior de Marca Global, se despidió sin mencionar a los fundadores, Martín Migoya y Guibert Englebienne, en un momento de profunda crisis interna para la compañía.
Con una sólida trayectoria en marketing y comunicación, Valeria Abadi llegó a Globant para consolidar una narrativa empresarial que iba más allá de la estética. Bajo su dirección, se forjó la idea de que en Globant no había "empleados", sino "globers", y que el "trabajo" era una "aventura" o una "oportunidad", no un "salario". Se promovían conceptos como la "familia Globant", los "ambientes amables (Be-Kind)" y el "liderazgo horizontal", todo envuelto en un tono amigable y moderno. Esta estrategia buscaba moldear la percepción de los trabajadores y proyectar una imagen "cool" y disruptiva.
Sin embargo, detrás de esta cuidada fachada, la realidad para muchos "globers" era otra: congelamiento de salarios, despidos escalonados y un clima de incertidumbre. La empresa ha cerrado oficinas en Ushuaia y Resistencia, mientras sus líderes continúan hablando de expansión. La omisión de los fundadores por parte de Abadi en su despedida, a pesar de agradecer a innumerables colegas, sugiere tensiones internas que no encajan con la narrativa de "familia".
Esta "cultura" corporativa, en la que palabras como "salario" son reemplazadas por "experiencia" o "empleo" por "desafío", es vista por muchos como una forma de diluir los derechos laborales y la conciencia de clase trabajadora. Al desdibujar el rol del empleado como asalariado, se limita su capacidad de organización y reclamo.
La renuncia de Abadi coincide con el peor año de Globant en bolsa, liderando las caídas de ADRs argentinos. La empresa niega despidos masivos, pero los trabajadores reportan un "goteo" constante y una creciente preocupación por la estabilidad de sus proyectos. En foros y chats internos, abundan mensajes sobre la brecha entre el discurso de la marca y la difícil realidad.
Para analistas del sector, "este escenario pone en evidencia que una cultura corporativa, cuando se utiliza para enmascarar problemas o para negar derechos, termina por generar desconfianza y un profundo desencanto". En medio de las versiones por el despido de alrededor de un millar de empleados, señalaron que "los trabajadores no necesitan eslóganes, sino certezas, condiciones justas y respeto".
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