Perros, comida y vino: Brad Pitt recordó cómo fueron sus días en el país

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En medio de la promoción de su última película, “F1”, estrenada el jueves en el país, Brad Pitt habló con diversos medios y en una entrevista recordó cómo fueron aquellos días en los que visitó Argentina, y La Plata, durante el rodaje de “Siete años en el Tibet”, del director francés Jean-Jacques Annaud.

“El país es tan hermoso. La comida era increíble, la carne era increíble”, afirmó Pitt y aseguró que comieron “como reyes” y que “el vino era increíble”.

“Estuve en la falda de los Andes. Antes de Mendoza estuvimos en este pequeño pueblo justo en la base de los Andes, que fue increíble. Era tan hermoso solo ver cómo el sol cambiaba; el paisaje cambiaba a lo largo del día. Era un lugar mágico”, recordó Brad de sus días en el país.

De ese viaje se trajo perros: la periodista May Martorelli le preguntó si era verdad que adoptó perros durante su estadía, y Pitt confirmó la leyenda. “De hecho traje uno”, afirmó el actor de “La gran estafa” y “Snatch”. Martorelli le mostró una foto en blanco y negro de él con el animal en cuestión y Brad reconoció que se trataba del perro argentino: “¡Blanco!“, exclamó, y explicó que lo rescató en los Andes.

Brad siguió hablando del país para referirse a Franco Colapinto, que tiene “un gran futuro por delante y es genial verlo de vuelta ahí”, según comentó. Los dos se sacaron una foto juntos durante la presentación del filme, en cuyo estreno estuvieron todas las estrellas del automovilismo.

Entre el 20 y el 23 de enero de 1997 se rodaron en La Plata pasajes del film “Siete años en el Tíbet”. Hubo mucho revuelo en torno a la filmación y a los preparativos, además de algunas anécdotas casi cómicas y un sinnúmero de quejas vecinales provocadas por el cierre al tránsito vehicular durante cuatro jornadas de uno de los sectores más transitados de nuestra ciudad como el de la Estación.

Para colmo, el actor, que de los cuatro días de rodaje participó sólo en tres, quedó en deuda con centenares de jovencitas que, aunque de lejos, querían verlo, porque solamente, en la última jornada de trabajo, al descender del vehículo que lo traía desde la ciudad de Buenos Aires, levantó apenas el brazo para saludarlas a la distancia.

 

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