Así habló Zaratustra, la filosofía de Nietzsche como himno y abismo

La obra es una mezcla de poema y tratado filosófico que pone fin a Dios y propone un nuevo ideal humano, el superhombre

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En 1883, Friedrich Nietzsche escribe con la furia y la claridad de quien cree haber tocado el centro mismo del espíritu de su época. En ‘Así habló Zaratustra’, el filósofo alemán construye una obra híbrida —mitad poesía, mitad filosofía— para anunciar que Dios ha muerto y que el hombre, ahora desamparado, debe inventarse a sí mismo. Zaratustra, el ermitaño que desciende de la montaña para transmitir su saber, es su voz poética y su heraldo filosófico. Un profeta que no quiere discípulos, sino compañeros de pensamiento.

Desde el comienzo, el texto se mueve entre la metáfora y la sentencia, entre la parábola y el aforismo. La figura del superhombre (Übermensch) aparece como respuesta a la gran pregunta de qué hacer con la vida cuando ya no hay Dios ni verdades eternas. El superhombre es el hombre que crea sus propios valores, que se niega a vivir bajo la moral impuesta y que se entrega a la vida con intensidad, con voluntad de poder, con riesgo y sin arrepentimientos.

Zaratustra predica en plazas y en bosques, en ciudades y en cavernas, siempre en busca de interlocutores que puedan escucharlo sin obedecerlo. Rechaza la figura del “último hombre”, símbolo de la comodidad y el conformismo. Ridiculiza la religión, pero también al Estado, al pudor, a la moral sexual, al miedo al cuerpo y al suicidio. Afirma que no hay mayor libertad que decidir cuándo morir.

La obra, dividida en cuatro partes, está llena de imágenes poderosas: un Zaratustra que es mordido por una serpiente y se burla de su veneno; una fiesta final con “hombres superiores” que no alcanzan el ideal; sueños con niños y espejos que lo confrontan con el fracaso de sus ideas. En su interior habitan el eterno retorno —la idea de que todo se repite— y la voluntad de poder como fuerza vital que impulsa al hombre creador.

El estilo es deliberadamente bíblico, aunque su mensaje es una demolición de toda fe trascendente. Nietzsche no argumenta, anuncia. Y lo hace con ritmo, con música, con un tono mesiánico y perturbador. Escrito durante un período de intensa soledad y al borde de su colapso mental, *Así habló Zaratustra* es el testamento lírico de un pensador que se atrevió a matar a Dios para que naciera otra cosa: un ser humano más libre, más fuerte, más auténtico.

Zaratustra, como Nietzsche, fracasa en ser comprendido por la multitud. Pero su prédica no busca convencer: quiere sacudir. El superhombre no es un modelo cerrado, sino una provocación, una esperanza en forma de exigencia. Y aunque la obra fue mal recibida en su tiempo, pronto se volvió mito, objeto de lecturas erróneas, manipulaciones ideológicas y fascinaciones estéticas. Su influencia alcanzó la literatura, la música, el arte, incluso la política, con consecuencias a veces sombrías.

Leída hoy, sigue siendo un libro inquietante, inagotable, contradictorio. Como escribió el propio Nietzsche en otra obra: “Con este libro he hecho a la humanidad el regalo más grande que hasta ahora ha recibido”. Puede que no lo sea. Pero no hay duda de que es uno de los más audaces.

Así hablo Zaratustra
FRIEDRICH NIETZSCHE
Editorial: Lea
Páginas: 352
Precio: $25.400
Friedrich Nietzsche
Así habló Zaratustra

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