Gimnasia, al borde del abismo por repetir errores: refuerzos flojos y una "fábrica" que no aporta
Edición Impresa | 15 de Julio de 2025 | 01:25

El Lobo atraviesa un momento difícil. Apenas el primer partido del ciclo Orfila profundizó el aire de desesperanza con que los hinchas llegaron el sábado al Bosque. Un mercado de pases con incorporaciones de escasos antecedentes y las salidas de titulares como Leonardo Morales y Rodrigo Castillo redondean otro -hasta ahora- flojo mercado de pases, el gran talón de Aquiles de la gestión Cowen.
Se sabe, el descenso no es chiste para un club como Gimnasia. Perdió la categoría por última vez en 2011 (luego de salvarse en dos promociones al hilo), estuvo dos temporadas en el ascenso, lo salvó la pandemia en 2020 y el botín de Nicolás Colazo y el guantazo de Nelson Insfrán en 2023. El presente de Colón, un club en llamas, más cerca de la B Metro que del regreso a Primera División, es un espejo en el cual mirarse.
Pasaron Sebastián Romero, Leonardo Madelón, Marcelo Méndez y Diego Flores. Alejandro Orfila es el quinto entrenador de esta gestión, que ha sumado 40 incorporaciones en dos años, de los cuales ya 17 futbolistas no juegan en el club. La efectividad ha sido bajísima, con pocos nombres para reemplazar las salidas de Ignacio Miramón, Alan Lescano, Felipe Sánchez y Benjamín Domínguez, productos de la “fábrica” que no parecen tener -a simple vista- sucedáneos próximos a surgir de Estancia Chica.
Inhibido durante el primer mercado de pases, la dirigencia tuvo que esperar a agosto de 2023 para incorporar a Luciano Gómez, Yonathan Cabral, Rodrigo Saravia, Lucas Castro, Pablo De Blasis, Matías Abaldo. En ese mercado salieron Matías Melluso, Tomás Muro, Maximiliano Comba, Alan Lescano e Ignacio Miramón. La historia terminó cortando clavos en el desempate ante Colón en el Coloso de Rosario.
En enero de 2024 llegaron Marcos Ledesma, Julián Kadijevic, Juan de Dios Pintado, Gustavo Canto, Federico Milo, Jonatán Rodríguez, David Zalazar, Matías Ramírez, Franco Troyanski, Cristian Colman. A mitad de año fue el turno de Brian Blasi, Enzo Martínez, Valentín Rodríguez, Martín Fernández, Augusto Max, Juan Cruz Esquivel, Nicolás Garayalde, Norberto Briasco, Ignacio Zapulla, Manuel Panaro.
En enero de este año ficharon Luis Ingolotti, Renzo Giampaoli, Gastón Suso, Juan Villalba, Pedro Silva, Matías Melluso, Júnior Moreno, Bautista Merlini, Alejandro Piedrahíta, Jan Hurtado. Ahora fue el turno de Mateo Seoane, Juan José Pérez, Marcelo Torres y Maximiliano Zalazar, a la espera de que se sumen un par de futbolistas más.
El argumento dirigencial es que Gimnasia no tiene el dinero para apostar por nombres superadores. Es cierto. Es el bajísimo nivel de acierto el que se vuelve inaceptable, porque si el dinero falta, es plata quemada si los jugadores se van seis meses después. Y eso, a Gimnasia, le pasa todo el tiempo.
Hoy, el Lobo llora un 2022 prestado pero feliz con Gorosito e individualidades importantes. Desde la reserva reforzada de Chirola hacia acá, el fútbol entró en un tobogán que hoy lo pone en la incertidumbre de depender más de los errores de un puñado de rivales directos (Aldosivi, Banfield, Sarmiento) que de sus propias fuerzas ante un futuro preocupante.
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