Una encuesta sobre los candidatos testimoniales impacta en el peronismo

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La estrategia de incluir a “candidatos testimoniales” en las listas legislativas, una táctica electoral que le dio réditos al peronismo en el pasado, hoy representaría un dilema y una fuente de preocupación. Los recientes sondeos de opinión sugieren que esta maniobra, lejos de generar el entusiasmo esperado, podría provocar rechazo y erosionar la credibilidad del espacio político.

Lo confirma una encuesta de D’Alessio IROL / Berensztein, que revela que más del 60% de los bonaerenses rechaza que un funcionario en cargo se presente como candidato y no asuma.

El sondeo impacta más en el frente peronista “Fuerza Patria”, que lleva como candidatos testimoniales en las listas del 7 de septiembre a referentes cumpliendo funciones ejecutivas como la vicegobernadora Verónica Magario y el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi.

Ante la pregunta a bonaerenses “¿Está de acuerdo con que un funcionario que hoy ocupa un cargo ejecutivo sea candidato y, si gana, no asuma?”, los resultados del fueron contundentes: Muy en desacuerdo, 50,2%; Algo en desacuerdo, 11,4%; Total en desacuerdo, 61,6%. Solo un 25,1% se mostró a favor de esta estrategia (15,2% muy de acuerdo y 9,9% algo de acuerdo), mientras que un 13,3% no supo o no contestó.

La muestra realizada sobre 1.157 casos en la provincia de Buenos Aires pone sobre la mesa el riesgo que asume el peronismo al recurrir a esta táctica en un electorado que, según el estudio, da señales cada vez más críticas y exigentes con la dirigencia política.

ayer y hoy

La estrategia de los “candidatos testimoniales” se popularizó en la elección legislativa de 2009. En aquella oportunidad, en los primeros 4 lugares de la lista oficialista en la provincia de Buenos Aires para la Cámara baja figuraban el expresidente Néstor Kirchner, el entonces gobernador Daniel Scioli, la actriz Nacha Guevara y el entonces jefe de Gabinete de la Nación, Sergio Massa. De los 4, sólo Kirchner asumió su banca.

La oposición impugnó las candidaturas de Scioli y Massa ya que habían asegurado públicamente que no asumirían su banca, lo que para los denunciantes constituía “un fraude”. El entonces juez federal con competencia electoral Manuel Blanco desechó los reclamos: “El debate lo tienen que dar los partidos, no los jueces”, señaló.

Ahora el contexto político parece haber cambiado. Los votantes, en un escenario de creciente desconfianza hacia la clase política, dicen valorar cada vez más la coherencia y la transparencia. Los “candidatos testimoniales” son ahora percibidos como una herramienta que desvalorizaría la función legislativa, dando a entender que las bancas, en este caso en la Legislatura, son meras piezas de ajedrez electoral y no el destino final de quienes las ocupan.

Los sondeos de opinión que preocuparían al peronismo destacan varios riesgos:

Pérdida de credibilidad: Las encuestas muestran que una parte del electorado, especialmente los votantes jóvenes e independientes, no ven buenos ojos que figuras de alta visibilidad política (gobernadores, ministros, etc.) se postulen sin la intención de asumir. Esto genera la sensación de que se busca engañar al votante para garantizar el arrastre de votos, lo que refuerza la imagen de un sistema político “poco serio”.

Efecto “boomerang”: En lugar de atraer votos, la estrategia podría tener un efecto contrario. El rechazo a esta táctica podría impulsar a votantes indecisos o desencantados a optar por otras fuerzas políticas o, directamente, a la abstención.

De todos modos, vale señalar que las otras fuerzas, como los libertarios y los del centro, también anotaron “candidatos testimoniales”, aunque muchos de ellos aseguran que asumirán su banca en caso de alcanzar los votos. Eso no quita que en el PJ también lo hagan.

 

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