Pros y contras del prototipo de pulsera de Meta que sirve para controlar dispositivos
Edición Impresa | 17 de Agosto de 2025 | 07:23

La tecnología avanza hacia una interacción cada vez más natural y directa entre humanos y dispositivos digitales. En este contexto, Meta —el gigante detrás de Facebook, Instagram y WhatsApp— desarrolla un prototipo de pulsera que promete cambiar la forma en que usamos computadoras, celulares y gafas inteligentes. Este dispositivo, que parece un reloj de pulsera rectangular, no solo detecta movimientos mínimos sino que puede leer la intención de mover los dedos, traduciendo señales eléctricas musculares en acciones digitales sin necesidad de tocar ninguna superficie.
El desarrollo se basa en la técnica de electromiografía (EMG), que detecta las señales eléctricas generadas por las neuronas motrices alfa en la médula espinal cuando envían órdenes a las fibras musculares. La pulsera de Meta, a diferencia de proyectos como Neuralink o Synchron que requieren implantes quirúrgicos, es un dispositivo no invasivo que cualquier persona puede usar sin riesgos médicos.
El gran salto tecnológico se da gracias a la inteligencia artificial. Meta recopiló datos de más de 10.000 personas y aplicó redes neuronales para identificar patrones comunes en las señales musculares, permitiendo que la pulsera funcione con usuarios nuevos sin necesidad de calibración previa. Esto abre la puerta a una experiencia intuitiva y accesible, que podría transformar la interacción con dispositivos digitales, desde mover un cursor hasta escribir en el aire, y hasta controlar gafas inteligentes.
La versatilidad de la pulsera también incluye aplicaciones médicas prometedoras. Personas con lesiones medulares que conservan algo de capacidad muscular pueden usar el dispositivo para manejar computadoras y celulares mediante la intención de movimiento, una ayuda significativa para mejorar su autonomía.
Sin embargo, a pesar de sus enormes beneficios, la tecnología enfrenta desafíos prácticos. Por ejemplo, la sensibilidad de la pulsera puede verse afectada por características físicas del usuario, como la cantidad de pelo o grasa en la muñeca, y su ajuste puede resultar incómodo. Además, la calidad de la señal puede deteriorarse por interferencias eléctricas externas, sudor o el movimiento del dispositivo durante su uso, lo que puede generar errores o retrasos en la respuesta.
Otra limitación inherente a la electromiografía es la posibilidad de captar señales cruzadas de músculos cercanos, lo que puede reducir la precisión en algunos gestos. Por último, aunque el prototipo aún está en desarrollo, expertos advierten que la gestión de datos tan sensibles como las señales musculares debe considerarse con especial cuidado para evitar riesgos en privacidad y seguridad.
En síntesis, la pulsera de Meta representa un avance disruptivo en la interfaz entre el ser humano y la tecnología, con una capacidad sin precedentes para traducir la intención en acciones digitales de forma rápida y natural. Al mismo tiempo, deberá superar obstáculos técnicos y éticos para llegar a convertirse en un producto masivo y confiable.
INTERACCIÓN MÁS NATURAL
Los gestos manuales permiten a los usuarios interactuar con objetos virtuales de forma más intuitiva y parecida a la vida real, eliminando la necesidad de botones, pantallas táctiles o controladores físicos.
MAYOR ACCESIBILIDAD Y ERGONOMÍA
Gracias al seguimiento del movimiento del antebrazo y al uso de sensores como acelerómetros y giroscopios, los dispositivos pueden adaptarse al movimiento natural del cuerpo, ofreciendo interacciones más cómodas y accesibles.
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