Desvalijan un depósito de ropa en Tolosa al amparo de la oscuridad
Edición Impresa | 2 de Septiembre de 2025 | 03:38

Un día después del atraco perpetrado en una concesionaria ubicada en 13 entre 528 y 529, Tolosa volvió a convertirse en el epicentro del delito por otro hecho de inseguridad, que fue cometido nuevamente contra un comercio de la zona.
Según pudo saber este diario, la propietaria llegó alrededor de las 10:15 horas a la vivienda que utiliza como depósito, ubicada sobre calle 120 entre 529 y 530, y al ingresar descubrió que había sido víctima de un robo.
La primera señal de alarma fue un banquito que suele usar su suegro, colocado en la vereda de manera llamativa.
Ese detalle despertó su desconfianza y la llevó a recorrer el lugar con cautela.
Al abrir la puerta, encontró una escena de completo caos. Una de las ventanas delanteras estaba abierta y en el patio había varias bolsas de ropa esparcidas.
Al no ubicar de inmediato a su suegro, que vive en la parte trasera del mismo predio, la mujer se dirigió con rapidez hacia ese sector, pero no obtuvo respuesta.
La tensión creció hasta la llegada de la Policía, que logró ubicar al hombre y constató que se encontraba en buen estado de salud.
El hombre expuso ante los uniformados una realidad que sumó aún más incógnitas a la investigación. Es que, según explicó el hombre, no había escuchado ruidos ni percibido movimientos extraños durante la noche o en horas previas al robo.
Fue en ese marco que, tanto propietarios como la policía, se abocaron a realizar una revisión con más detenimiento, la denunciante advirtió que la ventana lateral del depósito había sido forzada y trabada con un palo.
Los investigadores están convencidos de que la abertura sirvió como punto de ingreso y de salida de los intrusos.
En el pasillo, además, se halló una escalera apoyada que conducía directamente a los techos, considerada por los investigadores como la vía de escape.
Estos indicios refuerzan la hipótesis de que el robo fue planificado: concretamente, el acto fue ejecutado en un horario en el que sabían que no había movimientos en la propiedad.
El faltante confirmado incluye camperas de abrigo en cantidad no determinada, tres bicicletas (una infantil rodado 16 de color rosa, una vintage beige con canasto y una playera rodado 29 negra) y varias bolsas de ropa aún no inventariadas.
La víctima, visiblemente nerviosa, declaró que aún no pudo precisar con exactitud el total de las pérdidas, lo que será constatado con mayor tiempo.
Los peritos policiales señalaron que podría haber registros de cámaras de seguridad pertenecientes a un comercio ubicado en la esquina, material que resultará clave para la investigación.
La causa fue caratulada como “robo” y quedó en manos de la fiscalía correspondiente.
Mientras tanto, vecinos de la cuadra aseguraron que la zona viene siendo blanco de episodios similares, con ingresos a viviendas y sustracción de objetos de valor.
El hecho, ocurrido en pleno horario de la mañana, vuelve a poner en debate la falta de patrullaje y la vulnerabilidad de los barrios periféricos de la ciudad frente a delitos de estas características.
Como se indicó en el encabezado de esta crónica, el domingo por la madrugada el blanco del delito fue una concesionaria.
A eso de las 11 de la mañana el dueño acudió a su negocio y allí se encontró con el desastre.
Se habían llevado una caja de seguridad con dinero y una caja registradora
Y como sucede en esta clase de episodios también se llevaron el DVR que almacenaba las grabaciones de las cámaras de seguridad.
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