“Hay que sacarlo todo, como la primavera”

Edición Impresa

Por IRENE BIANCHI

irenebeatrizbianchi@hotmail.com / @IRENEBIANCHI

¡Fresias para todas! ¡Feliz primavera, chicas!

¡Gracias, amiga! ¡Amo este aroma! ¡Me pone de buen humor! ¡Renazco!

¿Se acuerdan de los picnics de la primavera de nuestra adolescencia?

¿Cómo olvidarlos? Los primeros noviecitos, los primeros besos, las revolcaditas en el pasto

Fue hermoso vivir sin pantallas, sin celulares, sin internet, sin redes sociales, mirándonos a los ojos, charlando y haciendo fiaca durante horas, escribiendo cartas de amor, esperando la llegada del cartero …

¡Ufa! ¡Estás a punto de decir que todo tiempo pasado fue mejor, Elsi! ¡Te conozco!

Todo tiempo, no, pero el nuestro seguro que sí. ¡Esos “malones”!

¿Malones? Para mí eran “asaltos”. Los chicos: la bebida, las chicas: la comida.

Y hacíamos un alto obligado para mirar “El Club del Clan”.

¿Se acuerdan qué nos poníamos? Minifaldas con botas altas, hot pants, jeans pata de elefante, mangas abullonadas …

Y después vinieron las maxis, la moda Courrèges, las túnicas batik, el hipismo, el Flower Power …

El pelo batido, con mucho spray; dormíamos con redecilla para que durara;  la famosa “toca” para alisar los rulos y las odiadas ondas …

Los corpiñitos Virtus armados, para las “tabula rasa” como yo …

¡Y la música! ¡Esos lentos para chapar! Tendríamos que juntar firmas para que vuelvan, ¿no?

Dale. El detalle es que ya no tenemos con quién chapar, Elsi. Una pena.

Ahora se dice “apretar”, creo. O “transar”.

¡Ni eso! Van directo a los bifes. Sin pre-calentamiento.

Disculpen, chicas, pero más que nostalgia, huelo cierta envidia. ¿No es más fácil ahora?

Sí, pero lo fácil dura poco. Lo que cuesta y tarda vale más.

Decís eso porque somos de la generación que valoraba el esfuerzo, el sacrificio, la paciencia, el mérito; días de padres y maestros estrictos, de un toque de queda para volver a casa, de ganarse cosas a cambio de buenas notas, de la terapia del chancletazo

Altri tempi, ragazze …

Tiempos analógicos, diría yo, a años luz de estos digitales.

Nosotras qué somos: ¿millennials?, ¿centennials?

¡Ni por asomo! Somos “Baby Boomers”, nacidas después de la Segunda Guerra Mundial. La que sigue es la “Generación X”. Y la actual se llama “Alfa”: youtubers, tiktokeros, influencers.

Lo bueno es que pasamos por todo eso, transitamos dos siglos, y seguimos vivitas y coleando. Una capacidad de adaptación milagrosa. Resilientes al mango. ¿Quién nos pisa el poncho?!

Honestamente, yo no cambiaría mi infancia de vereda, bici, rayuela y potrero por la de mis nietos adictos al celu.

Ni los “asaltos” de aquellos años, por los de ahora a punta de pistola o arma blanca.

Las vecinas sentadas en la vereda chismorreando, eran las cámaras de seguridad del barrio, ¿se acuerdan?

¡Che! ¿Les agarró el viejazo o qué? Están super retro hoy. Me hartaron. ¡Son un bajonazo!

Perdón Susy, tenés razón,  pero la fecha lo amerita. No es un día cualquiera.

Y como no es un día cualquiera, brindemos con un cóctel Primavera. En verso. ¡Chin, chin!


 

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