Sangrienta marcha hacia ningún lugar
Edición Impresa | 25 de Septiembre de 2025 | 04:48

Durante muchos años, Stephen King fue ninguneado por la crítica especializada y la alta cultura, pero el popular autor siempre tuvo una conexión especial con el cine. Hoy, con King ya consagrado como uno de los grandes narradores de su era, el cine le rinde tributo con proyectos de gran presupuesto dedicado a su obra: solo este año vamos por el cuarto estreno de King con “Camina o muere”, distópica película que llega a las salas hoy junto a otros siete estrenos.
La película sigue a un grupo de muchachos en un EE UU distópico gobernado por un régimen totalitario que organiza una extenuante competición anual de supervivencia en la que solo puede ganar uno: tienen que caminar sin destino, hacia adelante, y triunfa el que queda en pie.
Este universo, protagonizado por Raymond Garraty (Cooper Hoffman, el hijo de Philip Seymour), fue la piedra basal de la bibliografía de King: aunque la publicación oficial de su novela no llegó hasta 1979, cinco años después de “Carrie”, la que se considera su primera obra en el mercado, el texto fue escrito en la década de 1960, cuando King tenía apenas 19 años y escribía bajo el pseudónimo de Richard Bachman.
La película es dirigida por Francis Lawrence a partir de un guión de JT Mollner, a quien le tomó su tiempo revisar y subrayar todo lo que quería usar de una novela extensa de muchos personajes, aunque al final solo pudo utilizar la mitad de las anotaciones que le resultaron llamativas de la novela para su adaptación en la gran pantalla.
“Como soy un gran seguidor, hice el guión como querría verla yo. Así que creo que los seguidores y los lectores habituales de King realmente sentirán su espíritu y que es muy fiel a la obra original. Sin embargo, en cuanto a la narrativa, también habrá algunas sorpresas para el público, y espero que hayamos logrado encontrar ese equilibrio”, dice el guionista.
Pero una vez escrito el guión, había que filmarlo. Y eso implicaba filmar largas caminatas, la “larga marcha” del título original en inglés. David Johnson, actor que interpreta a Peter McVries, relata que “tuvimos que caminar mucho. Anduvimos mínimo unos 12 kilómetros al día, a veces hasta 35 kilómetros, y el promedio diario es de 24 kilómetros”. Todo un ejercicio, y además, había que actuar y filmar.
Pese a la titánica tarea que resultó el caminar tanto “no hay otra manera de vivir esta experiencia” para hacerla lo más auténtica posible, reconoce el actor británico, de 32 años. El director, en ese sentido, quería que el desgaste se sintiera: al principio el grupo de muchachos que arranca la marcha hacia la muerte de casi todos es propenso a la charla, a la amistad, pero a medida que avanzan, conscientes de lo mal que terminará la cosa para la mayoría, las cosas se tensan.
EL VILLANO
Los empuja en ese andar, en esa “batalla real”, un siniestro comandante, encarnado por la estrella de “Star Wars”, Mark Hamill, que supervisa una marcha a pie en la que participan un grupo de jóvenes que deben mantener una velocidad de cinco kilómetros por hora todo el momento si no quieren ser ejecutados.
El papel retrotrajo a Hamill a su adolescencia en Japón, donde estudió junto a una base militar estadounidense y cuya experiencia le sirvió de inspiración para interpretar al villano de la trama.
El actor reconoció que casi se retira de la actuación de 2019 para dedicarse al doblaje de películas, pero que repensó su idea gracias a directores como Mike Flanagan (que estrenó recientemente “La vida de Chuck”, otra adaptación de una novela de King de reciente paso por el cine), que le ofreció papeles en roles que lo sacaban de su zona de confort.
Este, claro, es uno de ellos: lejos del luminoso Luke Skywalker, Hamill encarna a un villano y verdugo implacable.
Todo esto transcurre, claro, como una alegoría: aunque King la escribió hace casi 60 años, la película lanza sus dardos hacia un presente de figuras más autoritarias en el poder. La cinta es, en ese sentido, muy violenta, algo que hizo que Hamill rechazara, en principio, el papel: el actor siente que la violencia armada es uno de los peores males que atraviesa el país y el papel, en su opinión, promovía una narrativa de violencia.
Pero cuando llamó a Lawrence, director de otra “batalla real”, la exitosa “Los Juegos del Hambre”, algo cambió: el director le explicó su visión, y Hamill entendió que este director no quería glorificar la violencia, sino mostrar su crudeza y su impacto. Que no se trataba de un espectáculo sangriento: “Claramente, no se trata de la violencia. El corazón de la película no está en las ejecuciones, sino en la transformación de estos jóvenes obligados a caminar hasta el límite de lo humano”, relató.
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