18 de Abril de 1999 | 00:00
El contraste es nítido. Mientras los tres directivos del IOMA que -como publicó EL DIA- se realizaron costosos tratamientos odontológicos obtuvieron la aprobación del reintegro de sus gastos mediante trámites que demandaron apenas entre uno y once días, otros miles de bonaerenses deben esperar varios meses, y hasta más de un año, una resolución similar del directorio de la obra social provincial que les notifique si les reconocerá o no el reintegro de tratamientos diversos, muchos de ellos sensiblemente menos costosos que los de los funcionarios en cuestión.
En efecto, los doctores Néstor Dron, Marcelo Zurueta y Juan Bautista Minatta consiguieron que el IOMA -entidad en la que se desempeñan como Vicepresidente y directores, respectivamente-, les reconociera los casi 25 mil pesos que en conjunto gastaron en tratamientos odontológicos, en un plazo máximo de 11 días.
La rapidez récord con que el directorio del IOMA consideró procedente los reclamos de tres de sus integrantes -pidieron a través de cinco expedientes la devolución de los 25 mil pesos que gastaron-, contrasta con tres casos de afiliados "comunes" que, según plantearon ante este diario, esperan respuesta, por trámites similares de reintegro, desde hace 7 meses en dos de ellos, y 14 meses en el caso restante.
¿Cuál es la diferencia entre los trámites presentados por los doctores Dron, Zurueta y Minatta, con los planteados ante este diario y que involucran a Marta Del Monte, Néstor Carrique y Laura Maciel? Hasta ahora se han verificado dos: Del Monte, Carrique y Maciel no son directivos del IOMA y piden reintegros muy inferiores a los obtenidos por los miembros del directorio de la entidad.
Quizá otras diferencias entre ambos grupos pudieran surgir de la investigación legislativa que inició el diputado platense Henry Stegmayer (Frepaso) y en la justicia penal local, en caso de que prospere la pesquisa ordenada por el fiscal Marcelo Martínez.
Según los datos obtenidos, el Dr. Dron se presentó en mesa de entradas con toda la documentación para su pedido de reintegro el 15 de octubre de 1996, consiguió el visto bueno del Departamento de Auditoría Odontológica y al día siguiente el directorio le reconoció el pago de 2.000 pesos que había gastado en reparar su dentadura.
Algunos meses antes, el propio Dron había verificado que el sistema de los "trámites de excepción" podía no ser tan rápido porque la aprobación de su pedido (por otro tramo del tratamiento dental) había tardado seis días: se presentó el 8 de agosto y se lo aprobaron el 14 de ese mes.
El reintegro solicitado por el Dr. Marcelo Zurueta -de 12.950 pesos- tardó siete días en concretarse. Fue presentado el 10 de marzo del año pasado y el 17 de ese mes el directorio del IOMA consideró que estaban cumplidos todos los requisitos para ordenar la devolución del total del monto que el director de Prestaciones había invertido en un tratamiento odontológico.
El Dr. Minatta, en tanto, presentó dos pedidos en 1997. En mayo consiguió en cuatro días que el directorio le reconociera 3.230 pesos y algunos meses más tarde -en octubre- tardaron 11 días en darle respuesta positiva por los 4.000 pesos que había reclamado de reintegro. Como se sabe, Minatta ejerce un puesto clave en la estructura del IOMA, es el director de Auditoría de la obra social de los estatales bonaerenses.
Algunos afiliados al IOMA, en tanto, se quejan. Hace meses -cuando no más de un año- iniciaron trámites de excepción para tratamientos de odontología y aún no lograron cobrar los reintegros.
Marta del Monte espera por 1.000 pesos desde febrero de 1998. La dentadura de su hija Marcela (16) requería de una ortodoncia. Pagó rigurosamente 100 pesos por mes a la ondontóloga con la ilusión de recuperar el dinero que le habían prometido cuando se presentó con la batería de documentos que le exigen en la sede de la calle 46 y 13.
Para Marta y su familia -que integran además de Marcela otros dos hijos y su marido Nicio Antenucci- reunir esa suma, aunque más no sea en cuotas, significa un esfuerzo. Antenucci es jubilado del ministerio de Educación bonaerense y afiliado al IOMA desde hace más de 40 años. Marta también es retirada de la administración provincial. Viven en una casa cómoda pero sencilla de Altos de San Lorenzo.
"Llamé infinidad de veces. La última vez (los primeros días de abril) me dijeron que mi trámite estaba por ser firmado por el directorio, pero durante un año me respondieron que el expediente estaba en mesa de entradas. No sólo tuve el gasto de ortodoncia. Todos los meses tengo que pagar 20 pesos por el ajuste de los aparatos y eso sí que no me lo reconoce nadie", cuenta.
El 28 de agosto del año pasado, Néstor Carrique (82) inició su odisea. Presentó en la obra social fotocopias del documento, de haberes, el recibo de pago al profesional y los moldes para la prótesis dental de su mujer (87). Inició el expediente número 120839/98 por 400 pesos. Es martillero jubilado. "Es una vergüenza. Me cansé de ir a pedir lo que es mío", dice hoy, todavía sin novedades sobre su reclamo.
Laura Maciel es otra madre con hijos adolescentes que deben corregir la dentadura en pleno crecimiento. Mauricio (14), que en la obra social está a cargo de su papá -empleado de una empresa privada platense- usa una ortodoncia que a sus padres les costó 800 pesos. "Empecé a ir a la calle 46 en agosto del año pasado -contó Laura-. A pesar de que fui a averiguar muchas veces y llamé por teléfono otras tantas, siempre me contestaron que no hay novedades. En realidad, el trámite fue aprobado hace unos meses, pero el dinero no me lo dan. Muy amablemente, los empleados me dijeron que puede pasar más de un año para que me lo reintegren".
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