Editorial de LA OPINION de Trenque Lauquen
| 10 de Enero de 2002 | 00:00

La Opinión sostiene en su editorial de ayer que "en general se cree que el culpable de los grandes padecimientos argentinos se origina en el desenvolvimiento de la economía. Todos los esfuerzos de los gobernantes parecerían orientados hacia allí y el humor de los argentinos tiene mucho que ver con ello. Sin embargo, existen otros aspectos de la realidad que es preciso modificar con urgencia. Y la justicia es uno de los más cuestionados. Para mejorarla, la reforma de la Constitución en 1994 creó el llamado Consejo de la Magistratura, que se pensó que podría contribuir a ese propósito. Pero no ha sido así".
Señala que "este organismo, nacido básicamente para seleccionar a los futuros jueces y sancionar sus inconductas, no sólo es cuestionado por su falta de agilidad, sino por su costo y exceso de burocracia". Y afirma que "resulta sumamente oneroso mantener toda una estructura que desde que comenzó a funcionar, en 1999, no ha cubierto todavía muchas de las vacantes existentes y sólo destituyó dos jueces".
Concluye que "hubo grandes expectativas cuando se puso en marcha este organismo, pensando que contribuiría a fortalecer al sistema judicial, en cuanto podría sentar las bases de un poder más independiente y eficaz. Es de esperar ahora que, más que desde afuera, desde el interior mismo del Consejo se adviertan las fallas y se corrijan".
Señala que "este organismo, nacido básicamente para seleccionar a los futuros jueces y sancionar sus inconductas, no sólo es cuestionado por su falta de agilidad, sino por su costo y exceso de burocracia". Y afirma que "resulta sumamente oneroso mantener toda una estructura que desde que comenzó a funcionar, en 1999, no ha cubierto todavía muchas de las vacantes existentes y sólo destituyó dos jueces".
Concluye que "hubo grandes expectativas cuando se puso en marcha este organismo, pensando que contribuiría a fortalecer al sistema judicial, en cuanto podría sentar las bases de un poder más independiente y eficaz. Es de esperar ahora que, más que desde afuera, desde el interior mismo del Consejo se adviertan las fallas y se corrijan".
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