Escena del filme
1 de Octubre de 2007 | 00:00
"Al otro lado del mundo", filme que este jueves se estrena en los cines locales, cuenta una historia de amor ambientada en los años '20 entre un médico de clase media (Edward Norton) y una joven de clase alta (Naomi Watts). Esta pareja de ingleses, que deciden casarse por motivos equivocados, se establece en Shanghai.
En esta exótica ciudad, Kitty se enamorará de otro hombre. Cuando Walter descubre la infidelidad de su esposa, acepta en venganza un trabajo en un remoto pueblo de China azotado por una epidemia mortífera. A su pesar, Kitty se ve obligada a acompañarle. Ambos emprenden entonces un viaje que dará sentido a sus vidas, en uno de los lugares más remotos y bellos de la tierra.
QUERIAN A NAOMI
El filme comenzó a gestarse en 2004 cuando Edward Norton llamó por teléfono a Naomi Watts para convencerla de que interpretará el papel de Kitty Fane. Esta vez estaba decidido a reclutar a la actriz. Es que desde hacía cinco años, Norton, el guionista Ron Nyswaner y la productora Sara Colleton venían trabajando en una adaptación de la novela de W. Somerset Maugham de 1925, que esperaban conseguir producir finalmente.
Por desgracia, Watts, acababa de concluir el extenuante rodaje de King Kong (ocho meses en Australia) y necesitaba descansar antes de comenzar otra película. "Estaba cansadísima y desde luego no estaba segura de querer volver a trabajar durante una temporada", confiesa. Pero tras hablar largo y tendido con el persuasivo Norton, "de repente, la promesa que me había hecho a mí misma de no trabajar acababa de esfumarse", explica entre risas. "Siempre supe que de esta novela saldría una gran película".
Todo comenzó en 1995 cuando el guionista Ron Nyswaner comenzó a buscar su siguiente proyecto luego de haber escrito el guión de "Philadelphia" (filme por el que recibió una nominación al Oscar).
"Me intrigaba la obra de Maugham desde que vi de niño 'El cautivo del deseo'", explica, en referencia a la adaptación al cine de la novela más famosa del escritor inglés, protagonizada por Bette Davis y Leslie Howard en la versión de 1934. "Quedé fascinado por la melodramática historia de aquel amor obsesivo. Comencé a devorar sus libros uno tras otro, y finalmente llegué a 'Al otro lado del mundo'. Es esta obra de Maugham la que más me ha rondado a lo largo de mi vida".
Charlando con la productora Sara Colleton, Nyswaner citó "Al otro lado del mundo" como uno de sus libros favoritos. Sara le confió que, en realidad, se había pasado el último año intentando comprar los derechos del libro a los herederos de Maugham. Cosas del destino.
"Hablamos del libro de Maugham y del tratamiento que da al tema del amor sexual frente al amor espiritual, con mayor honestidad que cualquier obra literaria de nuestros días", recuerda Sara. "Ambos supimos al instante que de verdad queríamos hacer la versión cinematográfica".
Maugham, nacido en París en 1874, creció sin embargo en Inglaterra y estudió medicina antes de convertirse en uno de los novelistas más populares del siglo XX.
"En un plano superficial, el argumento es tan directo como dramático: un hombre cuyo orgullo herido intenta castigar a su esposa adúltera. La travesía de esta pareja mal avenida está cargada de tensión sexual y psicológica", señala el guionista. "La historia da un giro sorprendente, sin embargo, cuando los personajes consiguen verse el uno al otro bajo una luz completamente nueva; el thriller psicológico se convierte en un viaje espiritual".
Tras un trabajo de tres años el guión estuvo terminado y entonces en 1999 se lo enviaron a Norton. El actor se identificó inmediatamente con el carácter complejo del bacteriólogo Walter Fane y la voluble relación que mantiene con su esposa Kitty. "El viaje emocional de Walter y Kitty como pareja es algo que me cautiva de este guión y en especial el relato de cómo superan su propia negatividad mutua y resucitan su relación", explica. "Walter tiene que encontrar el camino del perdón. Este argumento me tocó realmente la fibra sensible", añade, "porque trata algunas de las cuestiones más difíciles de esta vida".
Para Norton, Walter representa las fuerzas del colonialismo británico de aquella época. La gente iba a otros países e intentaba cambiarlos a su manera. "Walter también representa el racionalismo occidental: el pensamiento científico de Occidente que considera que si la gente se limitara a abrazar su manera de hacer las cosas, les iría mucho mejor".
Del mismo modo, según Norton, Walter es un símbolo de "la frustración a que se enfrenta la estructura de pensamiento occidental cuando se topa un abismo cultural, o se enfrenta a la resistencia de gentes que no quieren que se las diga cómo proseguir su propia historia".
En última instancia, este apasionado bacteriólogo se ve obligado a enfrentarse al hecho de que no será capaz de ayudar a los chinos limitándose a imponerles su visión del mundo. "Hay que trabajar con las personas y a través de ellas", dice Norton. "Hay que honrar su propia realidad cultural, social, política e histórica. De lo contrario, todo esfuerzo es en vano".
UN PERSONAJE MARAVILLOSO
Por su parte, Naomi Watts cuenta que "Me quedé prendada del guión desde un primerísimo momento. Pensé que era una historia de amor increíble y un personaje maravilloso. Kitty fue, sin ningún género de dudas, lo primero que me atrajo de la historia", prosigue. "Al principio, se limita a volar de flor en flor y a tomar cualquier cosa que la vida quiera darle. No tiene una vida interior profunda y no tiene nada tangible a lo que asirse. En realidad, nunca ha tomado ninguna decisión".
Tras casarse con Walter Fane y verse medio perdida en Mei-tan-fu, "recorre un gran itinerario de autodescubrimiento y aprende a encontrar esta otra faceta de sí misma", relata Watts. "Comienza a darse cuenta de que en la vida hay más cosas que aquellas que ella ha perseguido hasta entonces".
"Kitty es una persona que jamás se ha detenido a mirar el mundo que hay más allá de los estrechos confines de su propia persona y de su círculo social", precisa Edward Norton. "China abre de par en par su visión del mundo y la obliga a dedicarse a cosas que son más importantes que su propia persona. Y al hacerlo, encuentra la armonía. Es entonces cuando crece como persona".
EL DIRECTOR
Una de las piezas clave del filme era encontrar al director. El nombre de John Curran apareció en una conversación entre Norton y Watts. El la había dirigido en un filme y ella hablaba maravillas de este hombre.
"Es fantástico trabajar con John", comenta incansablemente Watts de su amigo Curran quien dirigió a los actores en "Al otro lado del mundo".
"Fue estupendo porque John y yo hicimos muy buenas migas desde el primer momento", recuerda Norton. "Y como John y Naomi se llevaban fenomenal, fue realmente lo que se dice un golpe de suerte.
"Hubo muchas veces a lo largo de los seis años que he venido trabajando en este proyecto que pensé que nunca se iba a materializar", confiesa. "Ha merecido la pena porque cuando finalmente se hizo a la mar, lo hizo con la tripulación adecuada. Compusimos un gran equipo".
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