El viaje de egresados

Transgresor desde su mismo título por corresponder a una banda de ska, "Tanguito" es el nuevo álbum de Los Calzones, músicos que, así como no se privan de exceder el género musical con el que ya llevan casi década y media de carrera, tampoco se callan lo que tienen para decir. "Si no tuviéramos algo que decir no haríamos un disco", sentencian.

"Tanguito" es el séptimo disco en la carrera de Los Calzones, y será presentado el próximo 29 de noviembre en capital. Aunque, nobleza obliga, la presentación oficial será en diciembre en Bariloche, porque la ciudad estudiantil por excelencia y el grupo ya son sinónimos.

"Los estudiantes son los que piden a Los Calzones", explicó Pingüino, cantante y tecladista de la banda que completan Pitulo en guitarras y coros, Pájaro en bajos y coros, Gargamel en trombón y coros, Azrael en trompeta y coros y Kamion en batería y percusión.

Si Los Calzones es un grupo que se asocia a la movida barilochense, no por ello son sinónimo únicamente de fiesta. Porque son muchas las cosas que sus músicos tienen para expresar. Así lo demuestran en su nuevo trabajo, desde el cual denuncian atropellos tanto militares como demócratas (en "El cuento del tío"), se oponen a la rutina (en "No rompa los huevos") y al egoísmo ("La mezquindad") y expresan su disconformidad respecto de una democracia no muy bien constituida (desde "Culocracia").

- Los Calzones es una banda que, a pesar de contar con muchos años de carrera, aún tiene cosas para decir en un momento en el que el rock argentino mayoritariamente calla. Así lo demuestra, por ejemplo, la canción "El cuento del tío". ¿Cómo hicieron para no aburguesarse?

- "Lo que sucede es que, disco a disco, nuestra pretensión es que la banda crezca. Y, de hecho, nos sentimos orgullosos de nuestro crecimiento y si ese crecimiento es tal es porque nunca aceptamos presiones de las compañías discográficas ni de nadie. Si no tuviéramos algo que decir no haríamos un disco, directamente. No queremos ser parte de la máquina de chorizos del rock".

- Pero estamos en un momento en el que el rock argentino no dice demasiado, ¿por qué ustedes sí?

- "¡Porque comprar a Los Calzones sale caro! Pasa que estamos menos comprometidos que otros con la industria y el hecho de no depender de nadie, en ningún sentido, ni a nivel negocio ni a nivel personal, hace que seamos libres de decir lo que nos parezca, lo que sentimos, sin condicionamientos".

- ¿En algún momento sintieron que el ska, en tanto género, los limitaba?

- "Todo lo contrario. Le encontramos la vuelta al estilo y, sin creernos Gardel, consideramos que contribuimos al género enriqueciéndolo. En "Tanguito" hay un amplio abanico de variaciones dentro del estilo, que tienen una marca propia de Los Calzones".

- ¿Los Calzones son sinónimo de Bariloche?

- "Los estudiantes son los que piden a Los Calzones. Ya hace trece años que vamos a tocar a Bariloche y puedo decir que existe una especie de magia, somos una banda que perdura en la memoria colectiva. Los estudiantes que nos ven nos quieren ver de nuevo y los que no, nos piden por referencia. Para ellos, ya somos un clásico".

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