Luis Palau convocó a una multitud en el Obelisco

El telepredicador evangélico bonaerense radicado en EEUU centró su mensaje en los jóvenes

El predicador evangelista Luis Palau reunió ayer a una multitud sobre la avenida 9 de Julio porteña, en un festival religioso que convocó a miles de personas de todas las edades en un clima de alegría y enmarcado en la presentación continua de grupos musicales y la venta de productos con imágenes religiosas.

Pasadas las 22 horas, el predicador bonaerense radicado en Estados Unidos subió al escenario para transmitir su mensaje religioso y estimó que en el lugar había reunidas unas 300.000 personas.

Gente de variada edad, algunos con sus hijos en brazos, se apretujaron desde pasadas las 18 en torno al escenario montado en Sarmiento y avenida 9 de Julio, para escuchar a los grupos musicales de todos los ritmos que, sin pausa, oficiaron de "teloneros" para la presentación de Palau.

El gobierno de la ciudad de Buenos Aires previó un corte en el tránsito en 9 de julio, desde Corrientes hasta Avenida de Mayo y, en esas cuatro cuadras se concentró la gente, aunque a partir de la calle Perón la cantidad de público comenzaba a disminuir.

Centenares de personas con pecheras naranjas con la inscripción "Amigos del festival" recorrían en forma permanente el área donde estaba la gente que escuchaba el recital, mientras repartía folletos con la imagen de Palau y su "poder transformador".

Los "Amigos del festival" también eran los encargados de guiar a quienes deseaban atenderse en forma gratuita en los puestos médicos emplazados en varios lugares de la avenida 9 de julio.

Representantes de organizaciones evangélicas que realizan trabajos en barrios carenciados se mezclaron con vendedores de folletos y remeras de Palau, personal de seguridad de la propia organización y gente común, mientras no había efectivos policiales en los alrededores.

Amelita Baltar, la banda Vico C, Rescate, Kyosko, Jean Carlos, Martín Russo, grupos de danzas caribeñas, de tangos y el conjunto Los Náufragos, fueron algunos de los artistas que desfilaron por el escenario antes de la aparición de Luis Palau.

"No queremos que la televisión informe mal", dijo el presentador, y le pidió a la multitud que se amontonaba en derredor del escenario que se corriera hacia atrás, ya que habían tenido noticias, por TV, de desmayos entre los asistentes.

El festival continuará hoy, en el mismo escenario, y estará dedicado especialmente a los chicos, para quienes habrá malabaristas, payasos, juegos y obras de teatro a partir de las 15.

Familias, mujeres solas, grupos de jóvenes y personas mayores se multiplicaron a lo largo de la avenida 9 de Julio para escuchar la palabra del predicador oriundo de Ingeniero Maschwitz y radicado desde hace años en los Estados Unidos.

Tal como viene predicando desde que pisó suelo argentino, Palau insistió en torno a la "necesidad" de la "juventud" de recibir "una guía espiritual" y que "recuerde que Dios los ama".

"Queremos recordarle a la juventud que Dios nos quiere, que puede cambiar nuestras vidas y llenar el vacío. La juventud necesita una guía espiritual y no se trata de hacerse religioso, sino de tener una relación personal con Dios, porque la juventud necesita esperanza", afirmó Palau.

En 2003, el pastor evangelista ya había realizado un festival masivo alrededor del llamado "Monumento a los Españoles" de Palermo, con una convocatoria que en su momento algunos medios estimaron en 50 mil personas y otros elevaron hasta los 500 mil.

TESTIMONIOS

"Luis Palau siempre nos dice que hay una oportunidad para empezar de nuevo. Por eso vinimos a escucharlo", afirmó Nélida, de 45 años, una de las tantas vecinas del Gran Buenos Aires que se acercó al Obelisco para escuchar al predicador evangelista.

Al igual que una multitud de jóvenes, adultos, abuelos, niños y parejas con bebés recién nacidos, Nélida llegó a la avenida más amplia de Buenos Aires con una consigna clara: "venir a escuchar" pero a la vez "transmitir" y "dar a conocer" la "palabra de Dios".

"Luis Palau es un pastor muy conocido y su palabra es una bendición para nosotros los creyentes. El con su mensaje transmite vida y nos dice que siempre hay una oportunidad para empezar de nuevo. Por eso venimos", comentó Nélida, de 45 años y residente en el partido bonaerense de Merlo.

De igual forma opinó Emilse, de 17 años, quien vive en el barrio porteño de Villa Crespo, al tiempo que destacó que este tipo de espectáculo "está bueno porque la gente no evangélica puede conocer a Dios y conocernos a nosotros, ya que existen muchos prejuicios sobre cómo somos".

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