Murió la rinoceronte y el Zoo perdió otra atracción

El Zoológico de La Plata se quedó sin rinocerontes. Robustiana, la hembra de la especie que habitaba el predio platense desde hacía casi tres décadas, falleció ayer a causa de una insuficiencia suprarrenal. "Se murió de vieja; tenía 33 años y estos animales no viven mucho más, a lo sumo 35 años", informó el director del paseo ubicado en el Bosque, Daniel Arregui.

Con la muerte de la rinoceronte desaparece de la colección faunística del Zoo el último animal que quedaba de la especie de origen africana. En enero pasado, murió después de un largo proceso surgido a raíz de un cáncer el ejemplar macho. La pareja había sido adquirida en 1980, cuando tenían ambos alrededor de cinco años.

El animal fallecido -rinoceronte blanco, una de las dos especies que habita el sur y el noreste de Africa- empezó a mostrar signos de deterioro físico dos días atrás; comenzó a deshidratarse, con el correr de las horas el decaimiento se agravó y finalmente ayer, a las 8 de la mañana, se produjo el deceso. "El equipo de veterinarios vigilaba su estado de salud a cada rato. En la recorrida de las 5 de la madrugada ya lo vieron en muy mal estado, y a las pocas horas se murió", indicó Arregui.

El zoo local no se destaca por su colección de ejemplares exóticos porque históricamente tendió a establecer una política dirigida a la muestra de animales autóctonos. Sin embargo, según adelantaron las fuentes comunales consultadas por este diario, se planea la incorporación a mediano plazo de una nueva pareja de rinocerontes.

El "ceratotherium simum" -nombre científico del rinoceronte blanco- es la mayor de las cinco especies de rinocerontes que existen en la actualidad, y el tercer mamífero terrestre más grande después del elefante africano y el hipopótamo. Por caso, Robustiana -que fue bautizada así por los chicos, como es tradición en el Zoo de nuestra ciudad- pesaba 3.000 kilos.

La variedad del rinoceronte que estaba en el Zoo platense es un ejemplar en extinción, pues quedan en el mundo, en estado salvaje, solamente alrededor de 300. Esto ocurre porque es la más amenazada, pues a sus cuernos se le atribuyen poderes afrodisíacos y curativos y se venden por grandes sumas de dinero. Además, las astas se utilizan para confeccionar empuñaduras de dagas muy costosas. Por eso es un fácil blanco de la caza furtiva.

Por su carácter exótico en nuestra región, los restos de la rinoceronte que murió serán empleados para el estudio y, dentro de un tiempo, para la divulgación científica.

De acuerdo a lo que determinaron las autoridades del Zoológico, los órganos del animal van a quedar en la facultad de Veterinaria, donde se le practicará una autopsia para determinar con exactitud los motivos de su muerte. Las otras partes de su cuerpo se enterrarán dentro del predio del paseo y, luego de que se cumpla el proceso natural de descomposición, los huesos van a exhibirse en el Museo de Ciencias Naturales. "Son piezas muy raras que acá no hay y de alguna manera hay que preservarlas", explicaron fuentes comunales.