Montoya y una boda a tono con el rompecabezas del peronismo

"Fue una fiesta muy familiar, muy divertida", resumían los asistentes. Y lo fue. Hubo discursos del padre y del hermano -Daniel, "El Brocha"- del novio. El grupo "Santos", con una selección de hits de las últimas cuatro décadas, logró que todos los invitados salieran a bailar. Pero el casamiento del ex recaudador bonaerense Santiago Montoya (49) con la contadora Ana Sánchez (46), tuvo también un ostensible costado político, a partir de que se concretó en horas en que el posible regreso del ex funcionario al gobierno provincial figura en todos los corrillos, y porque entre los invitados hubo dirigentes de algunas de las piezas que componen el rompecabezas en que se ha convertido el peronismo por estos tiempos.

Montoya se hizo conocido por sus polémicas medidas durante sus años de recaudador de los impuestos de la Provincia, un función que inició en el 2002 con Felipe Solá como gobernador y continuó cuando en el 2007 Daniel Scioli asumió como mandatario provincial. Pero su ascenso a los primeros planos políticos llegó, curiosamente, cuando dejó de ser funcionario. Fue en mayo pasado, cuando Scioli le pidió la renuncia luego de que dijera que el gobierno nacional "no escucha a la gente", en los días en que Néstor Kirchner -que fue quien pidió esa dimisión, según todas las fuentes- y el propio Scioli encabezaban la nómina bonaerense de diputados nacionales por el oficialismo.

Que de aquel episodio no quedan resquemores entre Scioli y el despedido se pudo verificar ayer. El Gobernador asistió al casamiento de Montoya acompañado por su esposa, Karina Rabolini. Y desde el círculo de confianza del ex recaudador se admitió que "cuando vuelva de la luna de miel -en el Caribe- Santiago seguirá conversando con Daniel", subrayando que "si regresa al gobierno, no será como recaudador, sino en un área política".

Pero también estuvo en la boda el anterior jefe de Montoya y líder hoy de un sector del PJ antioficialista, Felipe Solá. Sin embargo, el Gobernador y su antecesor no se cruzaron. Solá llegó a la fiesta -en el coqueto salón Rosa Negra del Jockey Club de San Isidro- dos minutos después de que se retirara Scioli.

Saborearon también el almuerzo con que se celebró la boda -variedad de pescados de entrada, bife con milhojas de papa y de postre, sopa de maracuyá con helado- el histórico Antonio Cafiero; el porteño Jorge Telerman; y otro Scioli, el secretario general de la Gobernación, José; así como el sucesor de Montoya en el ente recaudador, Rafael Perelmiter.

El intendente de Tigre -y potencial competidor de Scioli por la gobernación bonaerense en el 2011-, Sergio Massa, encabezó el grupo de jefes comunales que asistió al casamiento, integrado también por el platense Pablo Bruera y el radical-kirchnerista José Eseverri, de Olavarría.

Hubo espacio en las mesas, incluso, para un hombre cercano a Néstor Kirchner -aunque algunos se preguntan, en rigor, si sigue siendo tan cercano en estos tiempos-, el "operador" Juan Carlos "Chueco" Mazón. Y para un no peronista hipercrítico del kirchnerismo, el diputado nacional por la Coalición Cívica Adrián Pérez.

También fue de la partida el presidente del club que Montoya aspira a conducir algún día -Belgrano, de Córdoba. El padre del novio contó que en esa provincia a los bonaerenses los consideran "descendientes de mujeres fáciles" y el Brocha aseguró que "Santiago tiene la virtud de juntar lo injuntable, como a Kirchner y Felipe".