Persisten los problemas de transporte en la región
Terminan las vacaciones y viajar se convierte en un calvario
| 22 de Febrero de 2009 | 01:00

Las vacaciones están llegando a su fin, y paralelamente se agudizan los problemas de transporte que enfrentan a diario quienes viven en Quilmes, Berazategui y Florencio Varela. La electrificación del ferrocarril del Roca sigue siendo un proyecto, el autotransporte se ve desbordado y la autopista -que sólo cubre un sector- se satura en las horas pico.
De la mano del comienzo del ciclo lectivo, marzo volverá a poner en evidencia los problemas de infraestructura que generan múltiples inconvenientes a la hora de viajar. Exceptuando una serie de obras realizadas en Berazategui, Quilmes y Florencio Varela continúan con la misma red de arteria troncal que hace décadas, pero con mucho más tránsito, por lo que la circulación por ellas se vuelve más complicado.
Proyectos no faltan: alternativamente se habla de construir una autopista en la desactivada traza del ex ferrocarril Provincial, que unía Avellaneda con Florencio Varela y La Plata, o reconstruir la línea ferroviaria, obras que beneficiarían a Solano y Varela. Mientras tanto, lo que hasta la década del '70 fue un medio de transporte, se transformó en una franja de terrenos ocupados o usurpados.
Expectativa
A propósito del ferrocarril, la región aguarda con expectativa la electrificación de los ramales de la línea Roca que unen Plaza Constitución con Berazategui y La Plata, y Berazategui con Claypole, lo que permitirá reducir los tiempos de viaje, incrementar las frecuencias y un viaje más cómodo, en formaciones con aire acondicionado como las que circulan entre Retiro y Tigre u Once y Moreno.
Pero por ahora se tienen que conformar con un tren cada 12 minutos en hora pico, que se estira a 15 minutos fuera de ese horario para Don Bosco, Bernal, Quilmes, Ezpeleta y Berazategui. Para Plátanos, Hudson, Pereyra, Villa España, Ranelagh, Sourigues, Gutiérrez, Santa Sofía, Bosques, Zeballos, Varela e Ingeniero Dante Ardigó (Kilómetro 26,700), hay que esperar 24 minutos en hora pico, y 30 fuera de ese horario.
Los trabajos de mantenimiento realizados en los últimos meses por la operadora de la línea Roca, la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (UGOFE) permitieron incrementar la velocidad de los trenes, que igualmente está muy lejos de la de los "trenes bala": los semirrápidos que con paradas en Quilmes, Berazategui y Villa Elisa unen Plaza Constitución con La Plata -53 kilómetros de recorrido- demoran poco más de una hora, bastante más que 80 años atrás cuando se empleaban máquinas a vapor.
Transbordos
Como ya consignó este medio, viajar hacia Constitución en tren es relativamente sencillo, pero no lo es hacia La Plata desde la vía Varela: hay que hacer dos trasbordos -en Bosques y Berazategui- ya que los servicios directos a la capital provincial desde Temperley, eliminados hace más de una década, antes del concesionamiento, nunca fueron repuestos.
El Talón de Aquiles de este medio de transporte son los accidentes, que son bastante frecuentes: numerosos cruces a nivel, facilidad de acceso a la zona de vías ante la ausencia de alambrados y fundamentalmente la imprudencia de peatones y conductores producen frecuentes tragedias, con la consiguiente interrupción del servicio.
En cuanto al servicio de micros, la existencia de una línea conocida popularmente como "el trucho" que une Constitución con distintos barrios de Varela, pone en evidencia que los servicios autorizados por la Secretaría de Transporte no pueden hacer frente a la demanda.
Ausencia de rápidos
Además, líneas como 98, 148 ó 178, con extensos recorridos, carecen de servicios semirrápidos, por lo que quienes realizan un viaje prolongado -por ejemplo entre Constitución y Berazategui en el ramal 5 de la línea 98- no tienen otra alternativa que abordar un colectivo que se detiene en todas las paradas del itinerario, separadas entre sí por tres cuadras.
Por otra parte, para determinados trayectos, no hay servicios directos: por ejemplo desde Quilmes a La Plata o de Berazategui a Florencio Varela. La necesidad de tomar dos micros distintos incrementa el tiempo de viaje y multiplica el costo.
Para quienes tienen un automóvil, trasladarse tampoco es sencillo en horas pico. La finalización de la Autopista Buenos Aires-La Plata significó un gran avance para el sector costero de la región, pero de la mano del incremento del parque automotor, las congestiones se han transformado en una situación de todos los días. Circulación a baja velocidad, aceleraciones y frenadas imprevistas derivan en accidentes que generan más embotellamientos. Los inconvenientes no se registran sólo de lunes a viernes, sino también los fines de semana. Además, hay que sumarle los ataques con piedras que se registran cada tanto.
Uno de los puntos más complicados de la autopista se presenta a la altura del vecino distrito de Avellaneda, en Dock Sud, en horas de la mañana. Y los especialistas atribuyen la congestión a que a la autopista le falta llegar, como se proyectó originalmente, hasta Retiro. Buena parte del tránsito necesita descender en la avenida Ingeniero Huergo, salida que se ve desbordada.
De la mano del comienzo del ciclo lectivo, marzo volverá a poner en evidencia los problemas de infraestructura que generan múltiples inconvenientes a la hora de viajar. Exceptuando una serie de obras realizadas en Berazategui, Quilmes y Florencio Varela continúan con la misma red de arteria troncal que hace décadas, pero con mucho más tránsito, por lo que la circulación por ellas se vuelve más complicado.
Proyectos no faltan: alternativamente se habla de construir una autopista en la desactivada traza del ex ferrocarril Provincial, que unía Avellaneda con Florencio Varela y La Plata, o reconstruir la línea ferroviaria, obras que beneficiarían a Solano y Varela. Mientras tanto, lo que hasta la década del '70 fue un medio de transporte, se transformó en una franja de terrenos ocupados o usurpados.
Expectativa
A propósito del ferrocarril, la región aguarda con expectativa la electrificación de los ramales de la línea Roca que unen Plaza Constitución con Berazategui y La Plata, y Berazategui con Claypole, lo que permitirá reducir los tiempos de viaje, incrementar las frecuencias y un viaje más cómodo, en formaciones con aire acondicionado como las que circulan entre Retiro y Tigre u Once y Moreno.
Pero por ahora se tienen que conformar con un tren cada 12 minutos en hora pico, que se estira a 15 minutos fuera de ese horario para Don Bosco, Bernal, Quilmes, Ezpeleta y Berazategui. Para Plátanos, Hudson, Pereyra, Villa España, Ranelagh, Sourigues, Gutiérrez, Santa Sofía, Bosques, Zeballos, Varela e Ingeniero Dante Ardigó (Kilómetro 26,700), hay que esperar 24 minutos en hora pico, y 30 fuera de ese horario.
Los trabajos de mantenimiento realizados en los últimos meses por la operadora de la línea Roca, la Unidad de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia (UGOFE) permitieron incrementar la velocidad de los trenes, que igualmente está muy lejos de la de los "trenes bala": los semirrápidos que con paradas en Quilmes, Berazategui y Villa Elisa unen Plaza Constitución con La Plata -53 kilómetros de recorrido- demoran poco más de una hora, bastante más que 80 años atrás cuando se empleaban máquinas a vapor.
Transbordos
Como ya consignó este medio, viajar hacia Constitución en tren es relativamente sencillo, pero no lo es hacia La Plata desde la vía Varela: hay que hacer dos trasbordos -en Bosques y Berazategui- ya que los servicios directos a la capital provincial desde Temperley, eliminados hace más de una década, antes del concesionamiento, nunca fueron repuestos.
El Talón de Aquiles de este medio de transporte son los accidentes, que son bastante frecuentes: numerosos cruces a nivel, facilidad de acceso a la zona de vías ante la ausencia de alambrados y fundamentalmente la imprudencia de peatones y conductores producen frecuentes tragedias, con la consiguiente interrupción del servicio.
En cuanto al servicio de micros, la existencia de una línea conocida popularmente como "el trucho" que une Constitución con distintos barrios de Varela, pone en evidencia que los servicios autorizados por la Secretaría de Transporte no pueden hacer frente a la demanda.
Ausencia de rápidos
Además, líneas como 98, 148 ó 178, con extensos recorridos, carecen de servicios semirrápidos, por lo que quienes realizan un viaje prolongado -por ejemplo entre Constitución y Berazategui en el ramal 5 de la línea 98- no tienen otra alternativa que abordar un colectivo que se detiene en todas las paradas del itinerario, separadas entre sí por tres cuadras.
Por otra parte, para determinados trayectos, no hay servicios directos: por ejemplo desde Quilmes a La Plata o de Berazategui a Florencio Varela. La necesidad de tomar dos micros distintos incrementa el tiempo de viaje y multiplica el costo.
Para quienes tienen un automóvil, trasladarse tampoco es sencillo en horas pico. La finalización de la Autopista Buenos Aires-La Plata significó un gran avance para el sector costero de la región, pero de la mano del incremento del parque automotor, las congestiones se han transformado en una situación de todos los días. Circulación a baja velocidad, aceleraciones y frenadas imprevistas derivan en accidentes que generan más embotellamientos. Los inconvenientes no se registran sólo de lunes a viernes, sino también los fines de semana. Además, hay que sumarle los ataques con piedras que se registran cada tanto.
Uno de los puntos más complicados de la autopista se presenta a la altura del vecino distrito de Avellaneda, en Dock Sud, en horas de la mañana. Y los especialistas atribuyen la congestión a que a la autopista le falta llegar, como se proyectó originalmente, hasta Retiro. Buena parte del tránsito necesita descender en la avenida Ingeniero Huergo, salida que se ve desbordada.
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