Las frutillas platenses, bajo la amenaza de los pulgones

Advierten la presencia insospechada de un insecto que suele conducir a una merma en las producciones

A partir de muestreos regulares, dos investigadoras de la Universidad Nacional de La Plata detectaron en las frutillas del cinturón hortícola platense una plaga cuya presencia era hasta ahora desconocida en la Región. Se trata de un pulgón que si bien en sí mismo no suele generar un gran daño sobre las plantas, trasmite tres de los virus más perjudiciales para este tipo de cultivos.

El hallazgo, publicado recientemente en la revista científica Journal of Insect Science por las doctoras Nancy Greco y Claudia Cédola, docentes e investigadoras de la Facultad de Ciencias Naturales, involucra a un tipo de pulgón, de la especie Chaetosiphon fragaefolii, llamado comúnmente "pulgón de la frutilla".

Si bien este insecto suele hallarse en algunas de las principales áreas productoras de frutilla en nuestro país, hasta ahora no se tenía registro de él en el cinturón hortícola platense, uno de los más importantes de nuestra provincia en esta clase de cultivo. De ahí que su presencia enciende una señal de alerta para la Región, ya que está asociada a una merma en los rendimientos.

Casi trasparente y de unos dos milímetros de largo, estos pulgones "se alimentan de la savia de las plantas y dejan marcas reconocibles por decoloración. Pero además secretan una sustancia azucarada que propicia el desarrollo de hongos dificultando el proceso de fotosíntesis", explicó la doctora Greco, quien también se desempeña como investigadora en el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE).

Con todo, ése no sería el mayor problema de los pulgones en los cultivos de frutillas. "Un daño todavía mayor es el que producen al transmitir tres virus muy nocivos para las plantas que ocasionan pérdidas en su rendimiento, aún pudiendo ser asintomáticos", destaca por su parte la doctora Claudia Cédola.

"Si bien estos virus suelen hacer que las hojas se marchiten y se vean como aplastadas, algunas veces no produce síntomas. En otras palabras no se advierten en ellas indicios de que estén enfermas, pero su producción es menor al de las plantas sanas", dice la bióloga.

PREDADORES NATURALES

El hecho es que así como las investigadoras detectaron este insecto en las frutillas de la Región, también advirtieron fauna benéfica, especies que favorecen su control. En concreto, su trabajo registra la presencia de ciertos hongos y coleópteros depredadores típicos de pulgones, como las conocidas "vaquitas".

El problema es que por el uso generalizado de plaguicidas de amplio espectro, la presencia de esta fauna benéfica pasa casi inadvertida para los productores, entorpeciendo lo que sería una estrategia ideal contra los pulgones de la frutilla: la aplicación de controles biológicos en lugar de químicos.

"Los insecticidas de amplio espectro matan tanto a los pulgones como a sus predadores naturales que evitan que lleguen a convertirse en una plaga. Es así que cuando los productores se descuidan y no hacen una aplicación química, sus cultivos quedan mucho más desprotegidos", señala la doctora Greco.

"No tenemos una cultura en la que se le dé importancia a estas cuestiones. Por eso sería bueno que los productores de alguna manera lo sepan. Pero además debería haber una política que, teniendo en cuenta de que se trata en su mayoría de emprendimientos familiares, se los asesore y promueva otro tipo de manejo para proteger los cultivos", entiende la investigadora.

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