San Luis contó con un importante apoyo en las tribunas y "pagó" con la clasificación

Ya desde temprano se sentía en el aire una sensación de sábado particular. Desde el mediodía, en Gonnet se empezaron a ver las caritas pintadas de los infantiles y juveniles del club de la calle 520, ya que las divisiones menores del hockey femenino marista también se hicieron presente y porque cuando el reloj marcó las 16 llegó el grueso de la hinchada azulgrana que entró por la puerta de la calle Suffern Quirno a puro bombo, redoblante y bandera. El aliento y el apoyo tuvieron su premio con el triunfo del Marista ante Hindú.

En una "lucha" con la hinchada de Hindú que fue ganada por knock out por los de nuestra ciudad. Uno de los organizadores de semejante movida fue Lázaro Cervera, quien enfundado en una camiseta de Barcelona, comandó todo como un verdadero director de orquesta.

El partido se vivió con la piel en la mano y la garganta a full y el festejo final fue conmovedor. Bastó ver la emoción de "Cacu" Campodónico o el "Turco" Torres para entender tanta euforia desatada.

Las lágrimas del "Conejo" Agustín Nadalich y la interminable sonrisa con mate de su papá. Como la M-19 bicampeona rescató de la ronda llena de felicidad al increíble Manuel Gnecco, que en su primer temporada en plantel Superior clasificó a semifinales.

Los sueños, una cuota de muchísima garra y un clarísimo sentido de pertenencia le dieron a San Luis la chance de meterse entre los cuatro mejores del año 2011. Justo, justo en el año de su cincuentenario.