La gente se fue en silencio y preocupada

Germán Delfino (9no. partido que dirige en Primera División) se encargó de dar el minuto de silencio por las víctimas de terremoto sufrido por Japón. Los jugadores se formaron en el círculo central, mientras que la gente acompañó con absoluto respecto.

El hincha de Estudiantes ocupó ambas cabeceras como sucederá también el jueves cuando enfrente a Guaraní por la Copa Libertadores de América. Claro que la irreguralidad que muestra el equipo del Toto Berizzo maneja el termómetro en las tribunas. Por momentos aparece una oleada de aliento, pero después este se va desvaneciendo.

Varios de los simpatizantes reprobaron la variante de Rodrigo López por Leandro González (delantero por delantero), ya que no se entendió mucho. Al margen de todo esto, el hincha de Estudiantes aportó su colorido al colocar banderas en distintos sectores del Estadio Unico.

BANDERAS POR EL ESTADIO

Y una de esas banderas que llamó la atención en la jornada de ayer se colocó sobre las plateas del Edificio A. Esta tenía la siguiente leyenda: "1 y 57 mi único techo"; mientras que otra que también hacía referencia al propio Estadio de Estudiantes remarcaba lo siguiente: "Ni Quilmes, ni el Unico, 1 y 57 mi único hogar". Clarito el mensaje.

Llegó el gol de Godoy Cruz, que por respeto a su paso Israel Damonte no le gritó. La gente se comenzó a impacientar. Los nervios afloraron en las gradas del Estadio Unico. Se escuchó algún que otro reclamo, pero el hincha de Estudiantes se fue con la cabeza gacha y preocupada sobre todo por el rendimiento del equipo de Eduardo Berizzo, que pese a que le ganó a Gimnasia y Guaraní, en Paraguay, no alcanza a llenar las expectativas.