Opinan los lectores

Daños por pérdida de agua

José A. Gramajo indica: “¿Los inspectores municipales hacen algún relevamiento sobre las pérdidas de agua que hay en la ciudad? No creo que lo hagan. Los destrozos que producen las mismas originan daños importantísimos especialmente en el pavimento, con el consiguiente gasto que pagamos los contribuyentes. Debería hacerse, informe mediante, la correspondiente queja y eventualmente la demanda al ente responsable de su reparación.”

Queja contra ABSA

Guillermo Murphy señala: “Vivo en City Bell en la calle 479 Nº2423 entre 19 y 20. En febrero noté una pequeña pérdida de agua en la vereda de mi casa. Llamé a ABSA, me dieron el número de reclamo (511021), y a esperar. Obviamente que llamé varias veces más, porque la pérdida continuaba, hasta que un día al llegar a mi casa noto que había una cuadrilla y una excavadora; me dije, ‘asunto solucionado’, pero no; estaban arreglando casualmente una pérdida del vecino, no la mía. Hablé con la gente de la cuadrilla, se fijaron en la orden de trabajo y efectivamente era para mi casa pero se equivocaron y no podrían arreglar mi pérdida porque según ellos no habían llevado el martillo neumático. Me dijeron que no me preocupara, que lo iban a pasar directamente al supervisor así lo solucionaban rápidamente. Al día de hoy todavía estoy esperando desde febrero. Formulé la denuncia al OCABA (número 35509), y nada cambió. De más está decir que ahora la pérdida es una catarata. Ya veo que el bendito día que lo arreglen, la entrada de mi casa será lo más parecido a la caída de un meteorito.”

La oposición

Javier A. Rodríguez opina: “El país avanzó después de la destrucción del 2001 porque todos se esforzaron, tanto oficialistas como opositores, y olvidarse o tapar esta realidad hace, a mi entender, que el futuro se torne peligroso. Pues cuando no se reconoce que los opositores ayudaron aunque sea un poco a los oficialistas, se podría llegar a optar por cambiar y poner palos en la rueda ahora, de forma verdadera. La elección que tiene el líder a la hora de ayudar, sin haber obtenido los votos que pretendía, es terriblemente difícil, y la dificultad se da en no ser reconocido por su solidario esfuerzo. Pues la decisión se basa en: colaboro y sigo haciendo que el actual gobierno y país crezcan, o descanso, todo se cae y el pueblo sufre más que ninguno la caída o crisis.

“Para evitar los problemas, tenemos que tomar en cuenta las denuncias que se realizan contra un político o gobierno de turno, y considerar que, hay políticos con menos denuncias que afrontar, y estos sin dudas son los mejores.”

Emociones

Mario G. Pardo expresa: “Soy un hombre que se considera duro, ya que acá estoy aún cuando la vida me ha golpeado lo suficiente para poder aseverarlo. Pero tengo un punto débil y lo admito a esta altura de mi vida. No sé por qué, lo que la realidad más cruda no consigue, lo logra el cine, es vergonzoso pero es así. Recuerdo cuando en 1979 fui a ver The Champ, con Jon Voight y Ricky Schroder, y en la escena donde el niño llora abrazado a su padre muerto en el camarín, tuve que salir de la sala porque mis lágrimas me brotaban escandalosamente. El 10 de este mes nuevamente mis emociones me traicionaron viendo el cierre de campaña de la presidenta, las referencias a su viudez y pérdida del amor de su vida, sus sufrimientos y la música de fondo casi cinematográfica hicieron que saliera de mi casa dispuesto a votarla ya mismo llorando como un bebé. Por suerte ese día no había sufragio, y cuando me recompuse de la emoción me di cuenta de que estaba siendo víctima nuevamente de mi tara (emocionarme por fantasías e historias bien contadas). Ya recompuesto, recordé lo acontecido en la vida real en los últimos ocho años y me preparé para votar otra cosa muy distinta.”

Edificio vial

José María Lage manifiesta: “Cuando la Dirección Provincial de Vialidad fue desposeída del edificio de calle 7, que pasó a ser ocupado por las fiscalías, el Gobierno adquirió un vetusto esqueleto de hormigón de varios pisos ubicado en 33 entre 3 y 4, proyectando construir allí las oficinas viales. La adquisición del mismo se efectuó contraviniendo el informe de un organismo competente que había dictaminado que los larguísimos años en que dicho esqueleto había estado sometido a las inclemencias del tiempo, no era factible efectuar en el mismo construcción alguna, por peligro de derrumbe. Efectuada la compra se procedió a cercar el frente con un muro de mampostería, no realizándose con posterioridad operación constructiva de ninguna naturaleza; si hace más de 20 años el inmueble no era apto para edificar y continúa a la intemperie, todo hace suponer que más tarde o más temprano habrá que proceder a la demolición de lo existente; otro mal negocio de la Administración Pública, que invirtió en su momento como un millón de pesos-dólares.”

El modelo

Silvia Cilia opina: “En nombre de los pobres, se profundizó la pobreza y quienes gobiernan la mantendrían para luego perpetuarse en el poder, mientras los pobres siguen siendo pobres y los gobernantes no muestran interés de sacarlos de ahí. En nombre de los derechos humanos se han cometido los peores abusos y discriminación, poniendo en peligro la supervivencia cultural y física de comunidades originarias. En nombre de la transparencia, están proliferando los corruptos. En nombre de los jubilados, se los estafa y se los humilla utilizando sus ahorros en forma inadecuada. En nombre de la Justicia, se cometen las peores injusticias y jamás se castiga a los responsables. La educación pública de calidad es el piso de la democracia y del desarrollo, y en nombre de la educación y la igualdad de oportunidades se estaría llevando a cabo un sistemático plan para descerebrar a la juventud y darles sólo oportunidades de dependencia y sumisión a los gobiernos de turno. Pero se están redoblando los esfuerzos para profundizar el modelo. ¿Cuál es el modelo?”.

El caso Zaffaroni

Pedro Bollo refiere: “Resulta vergonzoso que la Universidad de Rosario, la UBA y otras, así como grupos de artistas y supuestos intelectuales, salgan públicamente a apoyar al Dr. Zaffaroni para que sea eximido de cumplir con lo que manda la Constitución y la Ley, dando las explicaciones del caso ante la Comisión de Juicio Político del Congreso. Tampoco estoy de acuerdo con el Dr. Alfonsín al pedirle la renuncia. La impunidad por conveniencias y/o convicciones políticas se ha establecido en Argentina como una norma tácita. Aparentemente es suficiente con victimizarse para que todos quienes comparten posiciones ideológicas con el presunto infractor se manifiesten en contra de la Justicia o, en este caso, los legisladores, exigiendo que esa persona esté ‘blindada’ contra lo que establecen las normas republicanas y democráticas. Que esa impunidad la pidan personas de poca o nula instrucción, movidas por fanatismos e ignorancia, vaya y pase. Pero cuando eso lo solicitan universidades, intelectuales y artistas, provoca una sensación de que la Cultura está bastardeada en nuestra sociedad.”

Tracción a sangre

Elvira de Linares dice: “Si de verdad se están patentando 50 autos por día, cifra que justifica el caos vehicular diario en nuestra ciudad, ¿cómo es posible que nuestro intendente Dr. Bruera no haya podido sacar de las calles de nuestra ciudad la tracción a sangre? No molestan los cartoneros, es más, son necesarios, lo que es inconcebible es que no se respete la Ley Sarmiento 14.346, de protección a los animales”.

Los aborígenes en la Historia

Daniel J. Giordano señala: “Finalizada la primera Invasión Inglesa, ocurrió en Buenos Aires un hecho poco comentado, pero sí muy importante. En Diciembre de 1806 llegaron a Buenos Aires caciques Pampas y Ranqueles con el objeto de entrevistarse con las autoridades. Al ser recibidos en el Cabildo manifestaron que la guerra civil en la pampa había finalizado y que se ponían a disposición para defender al Virreinato de la inminente Segunda Invasión Inglesa. Comunicaron que para tal fin había 22.000 aborígenes y que se iban a desplegar en las costas del estuario, especialmente en el Mullín, que era como llamaban a la Bahía de Samborombón. Terminada la reunión recibieron las gracias pero el noble ofrecimiento fue tratado con cierta indiferencia por los funcionarios coloniales.”