Un gigante célebre, cien años en La Plata

Es el Diplodocus carnegii. El lunes se celebra un siglo de su arribo al Museo

El lunes se cumplen 100 años del arribo al Museo de La Plata de un ejemplar único de dinosaurio: el Diplodocus carnegii, un clásico que está en las fotos y en la memoria de varias generaciones de platenses y ahora se viste de fiesta para celebrar una estadía de un siglo en el corazón del Bosque.

La réplica, exclusiva en América Latina, llegó al Museo en 1912 como regalo del magnate metalúrgico Andrew Carnegie a Roque Sáenz Peña, en ese momento presidente de la Nación. Se trata de un calco exacto del fósil hallado en Estados Unidos a fines del siglo XIX.

El Diplodocus vivió durante el período Jurásico, hace 150 millones de años; tenía 27 metros de largo y pesaba casi 20 toneladas. El ejemplar que se conserva en el Museo es uno de los nueve que existen en el mundo.

EL ARMADO

La llegada del saurópodo a las orillas del Río de la Plata fue un acto excepcional, gestionado por Robert Lehmann-Nitsche, jefe de la Sección de Antropología del Museo.

Junto con la reproducción, arribaron el Director del Museo de Pittsburgh, William Holland y su ayudante Preparador en Jefe, Arthur Cogeshall para realizar el montaje del ejemplar, hecho que tardó aproximadamente un mes.

La fecha conmemora el banquete de homenaje que se realizó en el Sportsman’s Hotel al señor Holland y su asistente, luego de la finalización de los trabajos. La maqueta que se usó como centro de mesa durante la cena, aún se conserva y se puede apreciar bajo el esqueleto en exhibición.

CINCO EJEMPLARES

“La reconstrucción se hizo a partir de los restos fósiles de cinco ejemplares hallados en Estados Unidos y tiene una medida muy representativa del tamaño que habrían alcanzado los Diplodocus, unos 26 metros aproximadamente desde la cabeza a la punta de la cola”, explicó oportunamente la especialista Zulma Gasparini.

“Cuentan que Carnegie se encontraba en Escocia cuando recibió los primeros bocetos que le enviaban desde el museo de Pittsburgh para la reconstrucción que estaban por montar; y al ver esos dibujos el rey de Inglaterra, que se encontraba de visita, le encargó un Diplodocus para el Museo Británico”, había señalado al diario el doctor Alejandro Otero, paleontólogo especialista en saurópodos y becario de la división de Vertebrados del Museo.

Lo cierto es que así comenzó una serie de copias que llevarían a Carnegie a donar réplicas del esqueleto fósil a los museos de Berlín, París, Viena, Bologna, San Petersburgo yMadrid. La característica en común de todas las donaciones era que sólo se hacían como regalos a los primeros mandatarios de cada uno de los estados donde estaban los museos.

Al observar las autoridades del Museo de La Plata la repercusión de aquellos regalos, surgió también en ellos el interés por contar con un Diplodocus. Fue así que tras varios intentos, las gestiones tuvieron éxito y la donación se concretó siguiendo la misma formalidad que en el resto de los casos: como un regalo de Carnegie al entonces presidente Roque Sáenz Peña.

El acontecimiento fue celebrado con un multitudinario banquete en el Jockey Club. Durante la cena (en la que se sirvieron platos alusivos y se colocó como centros de mesas esculturas del Diplodocus similares a la que hoy se ve al pie de la réplica) uno de los oradores fue Joaquín V. González, fundador de la Universidad de La Plata, quien se refirió a la pieza como “un monumento a la convivencia pacífica entre los pueblos americanos”.

DINOSAURIOS DE EXPORTACION

En el marco de la conmemoración por sus 100 años, el Museo de La Plata ofrecerá la conferencia “Dinosaurios de Exportación”, a cargo de la doctora Irina Podgorny, que tendrá lugar en el auditorio del Museo el 19 de octubre a las 11.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE