Personalidad oculta
| 17 de Noviembre de 2012 | 00:00

“Personalidad oculta” (o “Peacock”) es un filme peculiar. Curioso aunque quizás no del todo logrado. Se ha repetido que la inspiración remite al protagonista de “Psicosis”, aquel que en una parte del día es mujer y en otra es varón. No hay crimen en este caso, pero sí complejidad psicológica. Alguien en un pueblo norteamericano no es igual a los demás (¿quién lo es?), aunque lo parezca. Nadie lo sabe, pero el manso y rutinario empleado de banco es una mujer en su casa, un travestido. No hay crítica a esta situación de ambigüedad cuyo “misterio” no queda del todo aclarado (más allá del maltrato infantil de una madre ahora muerta), y sí algunas situaciones interesantes que hacen a la “normalidad” de políticos que quieren ser reelegidos a toda costa. Lo que lleva a la pregunta que se repite con perplejidad desde hace décadas: ¿quién es “normal”? ¿Quién “anormal”?
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