Redes de trata: la mitad de las víctimas son menores

En los últimos 18 meses 90 mujeres fueron rescatadas en La Plata de redes de trata que las obligaban a prostituirse. De todos esos casos, Fernando Cartasegna, fiscal de Delitos Conexos a la Trata de Personas de La Plata, recuerda especialmente uno: el de una chica paraguaya de 17 años rescatada en febrero de 2011 cuando ejercía la prostitución en condiciones de esclavitud en una habitación casi hermética, apenas iluminada por una minúscula ventanita, ubicada en pleno centro de la ciudad. Había llegado engañada por una prima que, con la promesa de un trabajo de moza, la puso en manos de una organización criminal que la obligó a prostituirse. Más de 70 clientes pasaron por esa habitación en pocos días y a todos y cada uno la adolescente les habló de su situación. Ninguno de ellos se comunicó con el 911. Lo hizo un vecino que permitió la intervención de la justicia y la liberación de la menor.

Se espera que el juicio ayude a desentrañar el entramado de complicidades que desde algunas fuerzas de seguridad, la justicia y el poder político permiten la existencia de la trata

La historia de aquella adolescente no es más que una de las miles que se esconden detrás de las abrumadoras cifras que manejan las organizaciones no gubernamentales que se ocupan del tema de la trata en el país. Esos números dicen que más de 500.000 personas, entre mujeres y chicos, son víctimas de alguna forma de explotación en la Argentina. El 70% están en manos de las redes de prostitución. Y la mitad son menores de edad.

Así lo indica Fabiana Túñez, desde la organización no gubernamental Casa del Encuentro, que investiga actualmente 600 desapariciones de mujeres que se vinculan con redes de trata. De esas investigaciones sólo el 10% termina con el regreso de la persona captada por las redes a su hogar. Y si la cifra no creció en los últimos años, ese dato no resulta alentador para Túñez, que opina que debería haber descendido.

EL JUICIO POR EL CASO MARITA VERON

El punto de inflexión para el problema de la trata en el país fue el caso de Marita Verón, que comenzó a ser debatido esta semana en Tucumán y en el marco de un juicio considerado emblemático, en el que están acusadas 13 personas .

Marita Verón fue secuestrada el 3 de abril de 2002 cuando se dirigía a un control ginecológico. Desde entonces su mamá, Susana Trimarco, protagonizó una lucha sin cuartel para llevar ante la justicia a los responsables del caso, acusados de integrar una red que secuestró y obligó a prostituirse a la joven.

Tanto Cartasegna como Túñez destacan que ese juicio es un hito que puede revelar nuevos detalles sobre la compleja trama de la trata de mujeres en el país. Y que terminará de instalar el problema ante una sociedad cada vez más sensibilizada.

"El caso de Marita Verón y sobre todo la lucha de Susana Trimarco marca un hito porque a partir de entonces se hizo visible el problema de la trata. A partir de allí hubo muchos logros, como el de contar hoy con una ley, la 26364, que establece que es un delito federal. También se crearon organismos de denuncia y que trabajan específicamente en el tema y se prohibió la oferta sexual en los medios de comunicación. Con todo, queda mucho por hacer. Lo primero, y quizás a esto contribuya este juicio, es desentrañar el entramado de complicidades que desde algunas fuerzas de seguridad, la justicia y el poder político permiten a la trata existir. Y la segunda, conseguir una mejor contención para las víctimas, que hoy, al ser rescatadas, son enviadas a refugios, pero después no se les hace un seguimiento de cinco años como correspondería hacer".

Túñez también espera que a partir del juicio se genere una mayor conciencia sobre el papel de los prostíbulos en las redes: "aunque la prostitución, cuando es explotada por un tercero, está prohibida por la legislación argentina, con lo cual los prostíbulos no tendrían que existir, siguen estando y siendo aceptados por la sociedad bajo otros nombres, como whiskerías o privados. Y hay que generan conciencia respecto a que a las chicas que desaparecieron en manos de las redes de trata no se las tragó la tierra: están en distintos prostíbulos de todo el país".

En Casa del Encuentro reciben una denuncia semanal por desapariciones de mujeres a las que se vincula con redes de trata. En la mitad de los casos, esas sospechas son acertadas.

"Nosotros notamos que las víctimas son cada vez más jóvenes y que hoy las redes operan tanto de la manera tradicional -bajo engaños, con la promesa de un trabajo en el exterior, a través de seductores que actúan como entregadores- como a través de Internet. Por eso, pedimos que se advierta a las chicas, sobre todo las que tienen entre 10 y 16 años, sobre el peligro de revelar datos personales en las redes sociales", dice Túñez.

EN LA PLATA

En La Plata, y según destaca Cartasegna, se reciben un promedio de dos denuncias semanales a través del 911 relacionadas con posible trata de personas. A partir de esas denuncias fueron rescatadas 90 mujeres obligadas a ejercer la prostitución por estas redes delictivas. Todas tienen entre 19 y 35 años. El 99% son extranjeras y el 95% procedía del Paraguay.

"La mayoría llegó engañada, con la idea de que iba a trabajar en un boliche, pero no ejerciendo la prostitución. Las redes que operan en La Plata son por lo general medianas o pequeñas y constan siempre de captadores que engañan en el lugar de origen, transportadores que traen a la persona hasta la ciudad y receptores, que las ponen a trabajar. Ese trabajo se desarrolla en un principio en condiciones de esclavitud, porque se obliga a la mujer a prostituirse sin recibir pago, porque se le dice que tiene una deuda por la organización en concepto de transporte, alojamiento y manutención. Algunas llegan a trabajar más de 16 horas diarias sin recibir nada a cambio", dice Cartasegna.

Las redes operan reteniendo el documento de las mujeres captadas y suelen elegir a jóvenes con hijos a las que mantienen amenazadas: les dicen que si se escapan tomarán represalias contra sus chicos. O bien que contarán en su lugar de origen o a sus familias que están ejerciendo la prostitución.