Sólo un tercio de las mujeres en edad de riesgo se hace las mamografías de control

LA CAMPAÑA CONTRA EL CÁNCER DE MAMÁ QUE COMENZÓ A DESARROLLARSE AYER CUENTA ESTE AÑO CON EL APOYO DE PERSONALIDADES DE LA CIUDAD; ENTRE ELLAS PEDRO TROGLIO Y JUAN SEBASTIÁN VERÓN, QUIEN APARECE EN LA FOTO JUNTO A PACIENTES, VOLUNTARIAS Y MÉDICAS.

Pese a ser una enfermedad frecuente que puede tornarse mortal, el cáncer de mama sigue siendo una amenaza desatendida por quienes más deberían prestarle atención. Sólo un 30 por ciento de las mujeres argentinas en edad de riesgo se realiza las mamografías anuales de control. El resto corre el riesgo no darse cuenta de que tiene un tumor hasta que la aparición de un bulto en el pecho marca un punto de la enfermedad en que ya no son tantas las chances de sobrevivir.

Que las mamografias anuales -la herramienta más efectiva contra el cáncer de mama- son pasadas por alto por miles de mujeres no es una mera impresión, sino una realidad que la Sociedad de Cancerología de La Plata pudo corroborar analizando las plantillas médicas de las principales obras sociales del país. “Resulta llamativo que muchas de esas mujeres que se descuidan son profesionales con un buen nivel de formación”, señalan desde la entidad como dando a entender que la falta de controles entre los sectores socialmente vulnerables quizás sea mayor.

Con el tiempo en contra, los médicos no recomiendan tener al autoexamen como principal método de detección, ya que es una prueba que en general llega tarde

“El problema es que hay información, pero no consciencia del riesgo: la mayoría de las mujeres sabe que tiene que hacerse mamografías anuales a partir de los cuarenta años, pero pocas se las hacen. Por eso es que decidimos reforzar la campaña”, señalan desde la Sociedad de Cancerología en referencia a una importante movida contra el cáncer de mama que comenzó desarrollarse ayer en la Ciudad.

Durante las próximas dos semanas, distintos sectores de la comunidad sumarán esfuerzos no sólo para recordarles a las mujeres que deben hacerse la mamografía anual sino para que no queden dudas de lo importante que es. Como parte de esa iniciativa, varios edificios públicos se iluminarán de rosa, algunos encuentros deportivos se disputarán con camisetas alusivas, habrá puestos de información en la calle y se realizará un festival con suelta de globos, conciertos, correcaminata y remeras de regalo para quienes se acerquen a participar.

ENTRE LA FALTA DE CONSCIENCIA Y EL MIEDO

“Siempre que llega alguna paciente con un tumor grande por haber postergado su detección una no puede dejar de preguntarse qué le pasó a esa mujer, por qué se descuidó así. Y mi impresión es siempre la misma: no se trata sólo de falta de consciencia; después de cierto tiempo sin hacerse mamografías es el miedo a lo que pueda aparecer en el estudio lo que las lleva a no ir”, cuenta la médica oncóloga Fabiana Marmissolle, resaltando la contradicción.

Y es que precisamente las posibilidades de que esos temores no tengan sentido son proporcionales a la rapidez en que logre detectarse un posible tumor. “El cáncer de mama se cura, el problema es el tiempo que pasa hasta que se lo diagnostica. Por eso resulta tan importante hacerse una mamografía de control todos los años después de los 40 y no dejar pasar la oportunidad”, explica Marmissolle.

Con el tiempo en contra, los médicos no recomiendan tener al autoexamen como principal método de detección. Y es que si bien esta prueba puede ser útil durante el lapso entre una mamografía y otra, la realidad es que generalmente llega tarde: incluso médicos entrenados no logran detectar con ella tumores menores a un tamaño en que la chance de curarse ya no es la mejor.

Sucede que mientras que las mamografías, al detectar bultos de hasta 0,3 centímetros de diámetro, permiten tener hasta un 98% de posibilidades de curarse, las chances de curación de un tumor detectado por autoexamen cuando ya tiene 3 centímetros de diámetro (la medida en que generalmente lo advierten las pacientes) se reducen a casi a la mitad.

UNA DEUDA DE LOS MÉDICOS

Pero si bien es cierto que un alto porcentaje de mujeres tiende a descuidar los chequeos mamográficos anuales, no menos cierto es que tampoco son muchos los médicos que suelen indicarlos en forma regular. En ese sentido, “existe una gran deuda por parte de la comunidad médica”, reconocen desde la Sociedad de Cancerología de La Plata al señalar la necesidad de que las mamografías sean incorporadas como rutina en los controles de salud de todas las mujeres a partir de los 40 años de edad.

“La mamografía debe ser parte del chequeo de salud anual junto con los controles cardiovasculares y el papanicolau. Siendo que en Argentina mueren por cáncer de mama cerca de 5.800 mujeres cada año, más del triple que por cáncer de útero, resulta incomprensible que los ginecólogos no indiquen junto con el pap controles mamográficos en forma habitual”, señalan desde la entidad.

Pero tan importante como generar mayor consciencia entre los médicos -señalan desde la Sociedad de Cancerología- es lograr además un cambio de mentalidad por parte de las obras sociales y las empresas de medicina prepaga. “La mejor forma de revertir las estadísticas de cáncer de mama es apostar a la prevención y la prevención es también un buen negocio -explican-: por cada peso que se invierte en generar consciencia el sistema de salud se ahorra mil”.

Por lo pronto las personas y organizaciones que por estos días impulsan la campaña contra el cáncer de mama en la Ciudad no tienen como meta ahorrar dinero sino un inmenso dolor. Y es que no sólo se trata de una enfermedad tan frecuente que una de cada ocho mujeres probablemente la desarrolle a lo largo de su vida, sino que produce en quienes la padecen un enorme impacto emocional. Es el costado menos conocido de este drama, el de la soledad y la incomprensión.