Investigan la muerte de un joven dentro de un hotel alojamiento

Fue en ruta 11 y 602. Había ido junto a una ex pareja. Se trataría de un suicidio. La víctima tenía 20 años

LA TRAGEDIA OCURRIÓ EN LA HABITACIÓN 8, DONDE LOS PERITOS TRABAJARON HASTA VARIAS HORAS DESPUÉS DE QUE FUERA RETIRADO EL CUERPO. SECUESTRARON UN REVÓLVER CALIBRE 22 LARGO QUE QUEDÓ SOBRE LA CAMA

Los empleados de cualquier hotel alojamiento están acostumbrados a lidiar con las circunstancias más extrañas, pero se supone que eso no incluye disparos de arma de fuego dentro de las habitaciones. Fue por eso que apenas reconocieron el estampido de un tiro, los encargados del Hotel Sydney llamaron al 911. Minutos después arribaron al lugar los patrulleros, cuyo personal ingresó en el cuarto de donde partió el sonido, para toparse con una escena dramática: una joven en estado de shock frente al cuerpo inerte de un muchacho, tendido en el piso y con un agujero de bala en el pecho, justo a la altura del corazón.

El arma estaba sobre la cama. Era un revólver calibre 22 largo. La hipótesis más fuerte es que se trató de un suicidio. La autopsia y los peritajes complementarios dirán la última palabra.

reencuentro

Todo pasó en la habitación Nª 8 del hotel alojamiento ubicado en 602 y Ruta 11, en Berisso, a donde a eso de las 5 de la madrugada de ayer había llegado una parejita. El, de 20 años. Ella, de 29.

Al filo de las 11 de la mañana, policías de la comisaría Tercera de Berisso la encontraron a ella desencajada por la conmoción. El estaba muerto.

Lo primero que hicieron los oficiales del barrio El Carmen fue preservar la escena y comunicarle la novedad al fiscal en turno, Tomás Moran, quien convocó a los peritos de Policía Científica y al gabinete de Homicidios de la DDI La Plata.

Los pesquisas se entrevistaron luego con la chica, para conocer su versión de la historia. Y ella empezó por el principio: el vínculo que la unía con la víctima, oficialmente identificada como Sebastián Arena.

Según fuentes del caso, la joven (cuya identidad se preserva) relató que había mantenido una relación con Sebastián, fruto de la cual “tuvieron un hijo”. Después de algunos vaivenes se alejaron, hasta que el viernes a la noche “se reencontraron”, agregaron los voceros.

La pareja se dirigió entonces al hotel de la Ruta 11, donde ocuparon la habitación 8.

en el acto

La joven contó que varias horas después- ya bien entrada la mañana-, comenzaron a discutir, hasta que él sacó un arma de fuego y gritó “me mato”.

Suponiendo que esta versión sea veraz, no se sabe si Sebastián quería suicidarse o si lanzó la amenaza y la cumplió por accidente, pero lo concreto es que recibió un disparo en el pecho, a la altura del corazón. El arma, un revólver calibre 22 largo, quedó sobre la cama. El cuerpo, en el breve pasillo que conduce al baño, boca arriba.

Al escuchar el inconfundible sonido del disparo los encargados del hotel llamaron al 911 y a una ambulancia. Los médicos no pudieron hacer otra cosa más que certificar la muerte.

Los peritos realizaron en la escena un análisis de dermotest para detectar rastros de pólvora en las manos de la víctima y las de su acompañante. “Dio positivo en el caso del joven y negativo para la chica”, adelantó un policía. No obstante, el resultado es preliminar.

El cadáver fue trasladado a la morgue, donde se le practicará una operación de autopsia. Ayer a la tarde reinaba el hermetismo en el hotel, mientras los forenses ultimaban su tarea y el lugar esperaba recuperar la intimidad de costumbre.

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