“Astrofobia”, la consecuencia invisible que dejan las catástrofes
| 7 de Mayo de 2013 | 00:00

La terrible catástrofe que asoló a nuestra región el pasado 2 de abril, dejó además de sus consecuencias irreparables, un fenómeno invisible que, en muchas personas, puede ponerse de manifiesto cada vez que, de allí en más, llueva en la Ciudad, sin importar que los milímetros caídos sean muchos o pocos. Es lo que especialistas en psiquiatría y psicología denominan “astrofobia”, y que consiste en un temor muy fuerte y manifiesto a que se reitere una catástrofe natural.
“Con el nombre de astrofobia -explicaron especialistas- se conoce al miedo irracional a las tormentas o a cualquier otro fenómeno natural, que puede disparar síntomas corporales o emociones solo con un alerta meteorológico”.
“Se trata de un miedo irracional -detalló el médico psiquiatra Roberto Ré, director de la red SANAR- que se expresa en síntomas corporales y conductas emocionales, producto de la vulnerabilidad que causa no haber aprendido correctamente a escapar o enfrentar el riesgo”.
El especialista señaló también que “el estado de desborde o angustia que provoca un riesgo determinado, dispara normalmente en todo el sistema neurovegetativo condiciones de lucha o huida. O huimos o enfrentamos el riesgo; pero hay personas que no pudieron aprender el mecanismo, lo que los hace vulnerables a la situación y por ende indefensas, y con conductas inapropiadas, incluso la paralización total”.
LOS SINTOMAS DE LA ASTROFOBIA
Taquicardia, palpitaciones, ahogo y un sentimiento de temor o ansiedad extrema, son algunos de los síntomas que provoca la astrofobia, también llamada astrafobia, brontofobia o tonitofobia.
“Es, como otras fobias, un padecimiento que tiene tratamiento y puede manejarse -explicó el doctor Ré- aunque es un cuadro que es muy inhabilitante si se tiene en cuenta que no solo aparece en presencia de la tormenta, sino anticipadamente, lo que implica una inhabilitación de las actividades sociales de las personas que lo padecen”.
Por su parte, la psicocardióloga Adela Kohan señaló que “si bien aún pasó muy poco tiempo de las últimas tormentas como para hablar de traumas, sí se puede asegurar que estas situaciones generan un estrés agudo por disrupción, ya que estos fenómenos se presentan súbitamente”.
“El estrés -añadió- es la reacción normal frente a un hecho que pone en peligro al individuo. Se ponen en juego mecanismos psiconeurohormonales, que en una persona previamente enferma pueden generar situaciones graves”.
En tanto, para la psicogerontóloga Martha Waldmann “las catástrofes naturales constituyen un suceso para el cual no estamos preparados, un acontecimiento que el aparato psíquico no alcanza a procesar”.
“Teóricamente -agregó la especialista- estos fenómenos naturales pueden originar traumas que se traducen como una emoción negativa y duradera que pone en riesgo el bienestar. Y con el tiempo, lo postraumático aparece en forma de miedos, pesadillas y pensamientos recurrentes de lo acontecido”.
No obstante, los especialistas coinciden en que “no todos desarrollan trastornos, y esto depende de la estructura previa de cada persona”.
LAS FOBIAS MAS RECURRENTES
“Tiene que haber un estado de vulnerabilidad previo ante situaciones de estrés -explicó el doctor Ré- para que se desarrolle una fobia como la astrofobia. Por eso es común que estén asociadas entre sí como la agorafobia y el ataque de pánico, que son las más comunes de desencadenarse juntas en una persona”.
De acuerdo a los datos que aportan los especialistas, el 20% de la población tiene algún tipo de fobia.
La fobia social, que es el temor a exponerse al público, afecta a entre un 15% y 18% de la población general; y entre el 9% y el 10% de las personas sufren agorafobia, que es el miedo a exponerse a lugares abiertos, mientras que la claustrofobia, que refiere el temor a los ambientes cerrados, afecta a entre un 3% y un 4%.
“La astrofobia -concluyó el doctor Ré, quien pertenece a la red gratuita “Sanar”, que funciona en parroquias y ONGs de nuestro país y Latinoamérica- no es tan frecuente como las otras fobias, pero después de las últimas tormentas e inundaciones hemos tenido más consultas sobre el tema en las redes”.
En cuanto a las recomendaciones para manejar una crisis de astrofobia, los especialistas sugieren contener o tranquilizar a la persona que transita la crisis, procurando que se relaje, y después informarle que la fobia es pasajera y que se puede repetir toda vez que confronte empáticamente con el objeto que la provoca.
Según los especialistas, todas las fobias son de buen pronóstico pues pueden curarse o controlarse como una enfermedad crónica, dependiendo del paciente y de cada caso en particular
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