Mario Abel Sancho

Reconocido odontólogo, destacado docente y emprendedor de diversos proyectos dentro de su profesión, Mario Abel Sancho falleció a los 71 años, en nuestra ciudad. En diferentes ámbitos expresaron sus muestras de profundo pesar.

Había nacido el 7 de julio de 1943, en La Plata. Hijo único de Abel Sancho e Inés Caffese, desarrolló su infancia en un ámbito familiar en el que comenzó sus primeros vínculos con la literatura, con la cual se alió para toda la vida.

Fue alumno del Colegio Nacional de la Universidad Nacional de La Plata y luego cursó sus estudios universitarios en la facultad de Odontología de la misma casa de altos estudios, donde egresó en diciembre de 1970, con destacados rendimientos.

Con el título universitario en mano, abrió uno de los primeros consultorios odontológicos en Los Hornos, localidad en la que desarrolló gran parte de su trayectoria profesional, y donde se ganó el afecto de sus pacientes por su compromiso y generosidad con cada uno de los vecinos que recurrían a él para confiarle la salud bucal.

Fue docente de la facultad de Odontología de la Universidad Nacional de La Plata, miembro de la comisión directiva de la Sociedad Odontológica de La Plata, donde también ejerció funciones como director de la escuela de posgrado y director de cultura, cargos en los que llevó a cabo numerosos emprendimientos que tuvieron gran respuesta entre sus colegas.

Se casó con Elsa Leonor Ronco Alberdi, con quien tuvo dos hijos: Mariel y Abel, que le dieron cinco nietos (Sofía, Estefanía, Rafael, Rodrigo y Mateo). Sus nietos fueron su debilidad y mantuvo una excelente relación.

Su afán por el conocimiento y la superación profesional constante lo llevaron a capacitarse en forma permanente asistiendo a diferentes congresos, jornadas y encuentros de especialización. A su vez, fue un sobresaliente dictante de cursos de posgrado, como así también formó parte de diferentes comisiones organizadoras de congresos nacionales e internacionales.

Apasionado de la lectura , la cual no abandonó ni en sus últimos días, le gustaba indagar en diferentes géneros y autores, con lo cual enriqueció su bagaje cultural, que compartía con sus amistades y pacientes en amenos y atractivos diálogos siempre recordados por quienes entablaron relación con Sancho en diferentes ámbitos.

Fue muy apreciado por sus amigos y especialmente por sus pacientes, quienes al igual que sus colegas lo reconocían como un gran profesional , comprometido y generoso.

Participó de numerosos eventos sociales, donde compartió con sus familiares y amigos entrañables momentos.

El próximo miércoles 5 de noviembre se realizará una misa para recordarlo, en la parroquia Nuestra Señora de la Salud, de 137 entre 66 y 67.

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