El miedo se mete con todo entre futbolistas: los tienen apuntados

En apenas dos semanas hubo cuatro asaltos en el área metropolitana que arrancaron con el objetivo primario de robar vehículos de alta gama, tuvieron trascendencia mediática y fueron sumamente violentos. Un par de ellos derivaron en algo más grave, aunque todos tuvieron otro ingrediente en común: los protagonistas, o víctimas indirectas, son futbolistas.

No está confirmado que los responsables de estos episodios estén ligados, y, ni siquiera, que los golpes hayan sido planificados, pero como por acumulación las casualidades dejan de parecer tales, los investigadores no pasan estos detalles por alto.

modalidad parecida

La seguidilla arrancó el 18 de julio en el centro de Banfield Oeste, en el partido de Lomas de Zamora, cuando Javier Pupi Zanetti llegaba a su casa con su camioneta Toyota 4x4. Estaba con el padre.Y de repente aparecieron varios delincuentes que a punta de pistola le exigieron la entrega del vehículo.

Si lo reconocieron, no lo manifestaron, aunque se cree que no tardaron en descubrir que el dueño de la Toyota era el ex jugador y actual vicepresidente del Inter italiano, porque la abandonaron rápido en Remedios de Escalada. Ahí la encontró la Policía media hora después del robo, tras el llamado de Zanetti.

Hace dos años, la esposa de Pupi sufrió un hecho similar en el partido de Lanús, cuando iba con unas amigas y la interceptaron para robarle su Mercedes-Benz recién comprado.

A los tres días (en la madrugada del 21 de julio), le tocó al ex arquero Gustavo Campagnuolo, a quien redujeron en Mataderos cuando estaba con su mujer y su hija de 8 años.

“Se estaban subiendo a la camioneta y aparecieron varios delincuentes. Lo redujeron a los dos y a la nena de 8 años la empujaron de la camioneta porque lloraba y no se bajaba sola, tuvo un golpe en las piernitas”, contó el padre de este jugador que fue campeón con Racing en 2001. Según Jorge Campagnuolo, “a mi hijo lo redujeron, lo agarraron del cuello, le golpearon la parte de atrás de la nuca. Por suerte no fue más que el susto, están todos bien. Pero esto es una cosa de locos”, agregó.

La Hilux Toyota negra que se llevaron los delincuentes apareció a las dos horas en Lugano, gracias al rastreo satelital.

cautivos

El 29 de julio le tocó a Segundo Tevez (52), el padre de Carlos, en momentos en que conducía su Dodge Journey negra a metros de la Autopista del Oeste, en Haedo Norte, partido de Morón. Eran las 8.28 de la mañana. Segundo iba a trabajar a su empresa dedicada al rubro de la construcción. Y se cruzó con un VW Passat blanco en el que iban varios hombres que lo “marcaron” y siguieron para robarle la camioneta. Una vez que lo lograron lo dejaron ir, pero apenas descubrieron que el hijo de la víctima no era otro que el delantero del Juventus, volvieron para arriesgarse con una modalidad más complicada.

Secuestraron a Segundo y lo mantuvieron cinco horas cautivo (paseándolo en el auto), mientras negociaban por teléfono el pago del rescate. Cobraron 400 mil pesos, liberaron a Tevez y tanto se apuraron en abandonar la camioneta, que ni siquiera advirtieron que en el baúl había 20 mil pesos.

El último episodio sucedió el viernes, con el ex jugador de Boca, hoy en Banfield, Ricardo “Tito” Noir (27), como protagonista.

También iba en su coche cuando delincuentes le cruzaron una camioneta Ford EcoSport oscura, después de salir del entrenamiento.

Lo golpearon y retuvieron durante una hora, sin dejar de amenazarlo con un arma. No pidieron rescate, aunque al parecer sabían a quién habían capturado (ver aparte).

Los ladrones fueron luego hasta la casa del representante del futbolista, Rubén Schwab, en el barrio porteño de Caballito, donde también robaron. La pesadilla duró alrededor de 20 minutos, lapso en el que todas las víctimas fueron agredidas. Por fin, los asaltantes se fueron con el auto de Noir.

Otros jugadores han sufrido asaltos violentos, como el arquero Agustín Orion (Boca), el delantero Juan Manuel “Burrito” Martínez (Boca), el volante Jonathan Fabbro (ex River) o los ya retirados Fernando Cáceres, Ariel Ortega, el paraguayo José Luis Chilavert y Gustavo Campagnuolo.

Pero esta nueva andanada de casos encendió la luz de alerta por los puntos de contacto y la posibilidad de que se sumen nuevos casos.