Las comisarías de la Región, otra vez desbordadas de presos
| 16 de Octubre de 2016 | 02:22
En septiembre ocurrieron en la Región dos episodios que volvieron a poner en debate la situación de los presos en comisarías. Es que en la Sexta, de Tolosa, el 21 de ese mes fue hallado muerto un hombre que había sido detenido varios días antes y compartía calabozos con ocho más, de los 24 que había entonces en esa seccional.
Menos de una semana después, los 15 detenidos de la Segunda de Berisso fueron trasladados a distintas dependencias porque se detectó que planeaban fugarse arrancando una reja para llegar a la terraza y saltar a la calle. Pretendían hacerlo con una púa de hierro que los policías hallaron escondida en la bisagra de una puerta oxidada y lo que frustró la idea fue la fortuita circunstancia de que los vecinos escucharon ruidos y avisaron al 911.
En La Plata hay tres alcaidías departamentales, aunque sólo dos alojan a los detenidos que todavía no tienen prisión preventiva: la Alcaidía Departamental “Roberto Pettinato”, ubicada en Ruta 36 y calle 47, de Olmos; y “La Plata II”, inaugurada en febrero de 2012 en 11 entre 76 y 77, con la promesa de que con eso ya no habría detenidos en las comisarías de la Región.
128 en alcaidias
En la Petinatto había hasta el viernes 75 internos y en la II eran 53, la máxima capacidad en ambos casos, según confirmó a este diario la directora Provincial de Coordinación de Alcaidías Departamentales, Verónica Cosso. La funcionaria explicó que aunque funcionen al tope, “hay una rotación interna permanente de detenidos” en esos establecimientos, ya que aquellos a los que se les dicta la preventiva son derivados a unidades penitenciarias con la orden de remisión judicial y cupo otorgado por el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB). Ningún interno debería permanecer más de 90 días en una alcaidía, aunque los penales también están con su capacidad al límite, por lo que las vacantes se abren con las libertades o arrestos domiciliarios. Como se ve, la crisis es estructural y las comisarías son el primer eslabón del problema.
“No se puede responsabilizar a la Policía por alojar presos, porque no les queda otra, hacen lo que pueden”, dijeron fuentes judiciales, sin pasar por alto que las comisarías no están acondicionadas para eso, entre otras cosas, por sus condiciones edilicias: “Un detenido rompe una pared y está en la cocina de la vecina”. Además, son casas antiguas que no están preparadas para eso, excepto la Novena, de 5 y 59.
Un caso paradigmático fue el del destacamento de Villa Progreso, en 122 y 80, donde en febrero de 2014 parte de su terreno fue usurpado por vecinos que enfrentaron cuerpo a cuerpo a la policía. Cuatro agentes resultaron con cortes y y golpeados a trompadas o con palos. “Cualquier morada particular presenta más reaseguros que esta dependencia oficial”, dijo en ese momento el fiscal Marcelo Romero, quien tiene una postura clara sobre el tema.
“Inaugurar cárceles -o reparar las existentes- es políticamente incorrecto”, analizó el fiscal, porque “supone inversiones millonarias en obras públicas de arquitectura antipática, sin posibilidad de marquesinas, fotografías gigantes del gobernante de turno o carteles que indiquen: ‘Fulano cumple’”. Pero, para Romero, “la escandalosa ola delictiva que nos azota, el fracaso en la prevención criminal, la ineficacia de la Justicia penal, los alarmantes índices de reincidencia, etcétera obligan a producir urgentes reformas en el sistema penal del Estado” y “debe comenzarse por el último eslabón, la cárcel”.
A falta de cárceles, muchos de los detenidos terminan en comisarías. La idea es que no pasen más de dos o tres días antes de ser derivados a una alcaidía, pero en la realidad no sucede. Aunque es una fotografía que cambia a diario, EL DIA accedió al número de detenidos en seccionales de la Región en los últimos días de septiembre. Fuentes oficiales confirmaron que, a mediados de octubre, la situación “no había cambiado demasiado”.
121 en nueve seccionales
En ese momento había 121 en total, cuatro de ellos mujeres, distribuidos en nueve comisarías (seis de La Plata, dos de Berisso y una de Ensenada). De los 27 que había en la Segunda de La Plata, uno estaba desde mayo, siete desde agosto y el resto había entrado en septiembre. Algunos enfrentan cargos por delitos graves, como homicidio o tentativa de homicidio. De los 26 que había en ese momento en la Sexta (la situación cambió tras la muerte del preso), uno estaba desde mayo, tres habían entrado en junio, 1 en julio, otro en mayo y 9 en agosto. El resto eran de septiembre.
En la Octava había, al momento del relevamiento, 22 presos. Uno de ellos había sido ingresado en abril, y el resto entre mayo y septiembre. Dos eran imputados por homicidio.-
La Undécima de Ringuelet tenía solo dos internos; la Duodécima 4 mujeres; en la Decimocuarta de Romero, que sólo alberga a acusados de delitos sexuales, había 6 (uno desde marzo); en la cuarta de Berisso -con 14 presos, también permanecía uno desde abril-, mientras que en la Segunda de Ensenada había 6 y en la Segunda de Berisso,14, derivados tras el intento de fuga.
En territorio bonaerense hay, hoy por hoy, siete alcaidías departamentales. Verónica Cosso confirmó que está prevista la construcción de otras en distintos puntos de la Provincia y la “ampliación de la Petinatto”.
La funcionaria confirmó que “el Conurbano se caracteriza por la mayor cantidad de detenidos”, y aunque reconoció que “las capacidades están colmadas, hay un movimiento permanente” de internos. “No es un sistema estático”, concluyó.
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