Los curas villeros sostienen que al cura Viroche “lo mató la mafia”

Un documento firmado por curas que trabajan en villas del área metropolitana encabezados por el sacerdote José María Di Paola, conocido como "Padre Pepe", señala que a medida que pasan los días crece "la certeza de que al padre Viroche lo mató la mafia que él denunció y por la cual fue amenazado.

El cuerpo del párroco fue encontrado en su propia iglesia de Tucumán hace casi dos semanas, y desde entonces se enfrentan las posiciones oficiales y de familiares y fieles sobre el suicidio del hombre.

"La mafia es como una mancha de aceite que lo invade todo, no hay institución a la que no pueda alcanzar. Y le seduce todo lo que de alguna manera detente poder. Por consiguiente no confundamos la mafia del narcotráfico con dos pibes jóvenes que usan visera", difundieron en el escrito al que accedió Télam.

Los curas villeros definieron que "la mafia busca complicidades a través de la corrupción. La corrupción es proselitista, crece, contagia, se justifica y llega un tiempo en el que se terminan sacrificando al dios dinero las convicciones de toda una vida, amistades, la propia familia".

Los religiosos aseguraron que las mafias "están detrás de la trata de personas y del narcotráfico por nombrar dos ejemplos, pero hay más" y las “mueve el deseo de acumular dinero, sin importarles que esté salpicado de sangre inocente. Sin importarles el dejar hipotecadas vidas de niños y niñas, adolescentes y jóvenes".

Los curas villeros enviaron un "sentido saludo a la familia, a la comunidad parroquial y a los barrios donde el padre Juan (Viroche) ejerció su ministerio sacerdotal y un fuerte abrazo a todo el clero de Tucumán que ha perdido un hermano".

Este documento fue difundido luego que los peritajes realizadas el viernes último por la Gendarmería Nacional en el lugar donde fue encontrado ahorcado el cura no permitieron hallar elementos que indiquen la presencia de otras personas.

Según las fuentes, esos datos corroboran los resultados de las primeras pericias de la Policía tucumana y fortalecen la hipótesis del suicidio que desde un primer momento sostuvo el fiscal Diego López Ávila.