Los crujidos internos en el radicalismo provincial
| 23 de Noviembre de 2016 | 02:44

Por MARIANO PEREZ DE EULATE
El vicegobernador de la Provincia, Daniel Salvador, asumirá esta tarde -en un acto que se realizará en un teatro de La Plata- como presidente de la UCR bonaerense. Reemplazará en ese sillón al diputado nacional Ricardo Alfonsín, un rival interno en la dinámica partidaria. El ascenso del número dos de María Eugenia Vidal refleja un acuerdo de varios sectores en el que el alfonsinismo está contenido. Y supone un triunfo de la lógica según la cual el radicalismo debe asumirse como parte de la alianza Cambiemos y abogar por el fortalecimiento de la misma, aún cuando muchos de sus dirigentes se sientan desplazados de las mesas oficialistas donde se toman las decisiones.
Salvador aspira a fortalecer su figura a través de la revitalización de su partido. Al fin y al cabo, es el radical más encumbrado de la Provincia. Cree que a un radicalismo unido, con más participación de afiliados en la vida interna cotidiana, le será más fácil hacerse valer frente a Vidal en particular y al PRO provincial en general, que en su momento también tomó la decisión de colocar a la gobernadora como la cabeza partidaria.
Sobre el vicegobernador llueven reclamos de los propios radicales, vinculados a la poca injerencia que Vidal le ha dado al centenario partido en el gobierno provincial
Es verdad que sobre el vicegobernador llueven reclamos de todo tipo de los propios, vinculados a la poca injerencia que Vidal le ha dado al centenario partido en el día a día del gobierno provincial.
La UCR ostenta un ministerio, el de Ciencia y Técnica, que conduce Jorge Elustondo, y que nació por la división del de Producción. Esta última cartera quedará vacante por una próxima reestructuración ministerial y, en rigor, es improbable que la ocupe un dirigente del radicalismo. Es que el vidalismo está abocado a seguir seduciendo dirigentes peronistas para sumarlos al gabinete y ese sillón es un destino posible para el que quiera pegar el salto.
También es cierto que en los inicios de la gestión de la gobernadora Salvador debió lidiar con un partido que no se ponía de acuerdo respecto a la relación que debía mantener con el PRO. Y con internas que perjudicaron la fortaleza propia dentro de la alianza gobernante. Es conocida una anécdota: Vidal ofreció a la UCR el ministerio de Salud pero cuando pidió un nombre para designar, le acercaron una lista de cuatro porque no pudieron unificar un criterio. La gobernadora prefirió no dirimir internas ajenas y terminó designando a Zulma Ortiz, cercana a sectores peronistas.
Por cierto, Ortiz hoy aparece golpeada por ciertos desórdenes internos en su cartera y la polémica pública, innecesaria, respecto al protocolo de aborto no punible que generó ruido entre el gobierno provincial y la Iglesia. La nueva conducción del radicalismo está atenta: pretende ir por ese ministerio. No forzando la salida de Ortiz pero sí teniendo un equipo y un proyecto listos para acercar a Vidal llegado el caso. Médicos y abogados sobran en la UCR. Por eso se entendió la decepción partidaria cuando la mandataria reemplazó a Carlos Mahíques en Justicia y designó allí al justicialista Gustavo Ferrari. Fue otra queja que debió escuchar Salvador.
Las listas legislativas y la Suprema Corte son objetivos estratégicos del radicalismo bonaerense
La lista de unidad que asumirá hoy supuestamente implica el cese de los canales partidarios informales que trataban de llegar al palacio de calle 6, salteando al vicegobernador. Una chicana interna que acaso haya sido alimentada también por los propios funcionarios de Vidal que atendían esos llamados telefónicos, sabiendo que horadaban la autoridad institucional de Salvador. Picardías amarillas.
El evento de asunción será transmitido por varias redes sociales, con contratación de satélite incluída, en lo que suena casi a revolución para los tradicionales métodos de comunicación del radicalismo. Un toque del modernista estilo PRO, digamos, que incluirá un detalle no menor: la sede partidaria se mudará a La Plata. Con lógica, la UCR bonaerense dejará de tener su oficina en la Capital Federal. Un amplio local frente a la Catedral platense será acondicionado para tal fin.
En términos político-electorales, los radicales bonaerenses tienen dos objetivos centrales para el año que viene, en el que habrá muchas definiciones.
Uno: verse bien representados en las listas legislativas de Cambiemos. Tienen la ventaja de que el PRO no cuenta aún con un candidato indiscutido y por eso creen que el ascenso del cirujano Facundo Manes –un buen producto electoral pero con bajo nivel de conocimiento- es casi inevitable. Los radicales se sentirían “pagados” con esa postulación en un lugar destacado.
Dos: nadie lo dirá en público pero le apuntan a la Suprema Corte de Justicia. Allí quedará un lugar vacante con la anunciada salida de Juan Carlos Hitters y algunas versiones hablan de que incluso otro juez está evaluando dejar su sillón, por lo que Vidal debería nominar a dos candidatos. Fuentes radicales aseguran que hay en marcha un plan interno para acercarle a la gobernadora el nombre de un postulante posible. Con un plus que, se explica en ciertas mesas partidarias, seduciría a la mandataria: se trata de una mujer. Por ahora, su identidad es un secreto muy bien guardado.
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