Pinamar recibe el verano con balnearios todavía “en veremos”

Muchos de los nuevos paradores están en construcción

En los últimos días de diciembre, Pinamar todavía es un paisaje en construcción. Los turistas y residentes que esperaban ver los nuevos balnearios terminados, se encuentran -hasta ahora- con construcciones a mitad de camino. Si llegan con los paradores terminados para el 1º de enero, será “con la lengua afuera”.

Como se sabe, Pinamar encaró este año una renovación integral de su paisaje costero. Se demolieron los antiguos balnearios para reemplazarlos por construcciones más livianas y ecológicas y un poco más retiradas de la orilla del mar. Pero este proceso, que se inició en el invierno, llegó a diciembre todavía en ejecución.

Lo que se promete, en principio, es un mayor espacio de playa pública. En promedio, se estirará entre 15 y 20 metros lineales, entre las edificaciones de los balnearios y la orilla del mar. En los mejores casos, el espacio gratuito destinado a sombrillas y reposeras crecerá hasta 50 metros, según ha explicado Javier Mendía, director de Planeamiento y Frente Marítimo de la municipalidad pinamarense. Los balnearios, además, debieron reducir sus edificaciones a no más de 325 metros cuadrados.

Un balneario promedio tenía edificados entre 1.500 y 2.000 metros cuadrados: se reducen ahora a un quinto de esa superficie. Según las estimaciones del municipio, se ganarán unos 20 mil metros cuadrados de playa pública entre este año y el que viene.

Lo cierto es que las obras parecen haber marchado a un ritmo más lento del necesario. A pesar de que las nuevas construcciones son de madera, con sistemas de construcción en seco, en los últimos días de diciembre todavía se las ve a medio hacer.

“El tiempo no acompañó y algunos trabajos se demoraron”, explican en algunos balnearios. Cuesta entender, sin embargo, cómo se atrasaron tanto si las demoliciones empezaron en mayo de este año.

En estos días trabajan a destajo para asegurar que la próxima semana las instalaciones estén a punto. Se nota, de todos modos, que llegarán “con fórceps”.

Los turistas notarán los cambios: Cocodrilo, por ejemplo, uno de los balnearios tradicionales, pasó de 2.800 metros cuadrados edificados a 340. La nueva construcción está unos 50 metros más lejos del mar. Hemingway, uno de los tres balnearios de Cariló, eliminará uno de sus dos sectores de estacionamiento para construir ahí sus baños, oficinas de administración y algún restorán.

“Nos corrimos unos 15 metros hacia atrás. Esos metros los gana la playa pública”, explican en el balneario San Javier, ubicado a la altura del campo de golf de Pinamar.

Apuestan a una nueva imagen. Por ahora, todo está en obra.

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