Una imagen, un símbolo

El video en el que aparece el hijo de Lázaro Báez contando fajos y fajos de dólares en una financiera vinculada a lo que se ha denominado “la ruta del dinero K”, tiene un enorme valor simbólico, además de disparar sospechas que podrían complicar su situación judicial. Toda la imagen, con hombres que arrastran pesados bolsos cargados de billetes, fuman y celebran con botellas de whisky dentro de una oficina cerrada de Puerto Madero, se parece más a una secuencia de “Los Soprano” que al registro real de una cámara de seguridad.

Por supuesto que hay muchas preguntas que no encuentran respuestas en el video. ¿De dónde viene la plata? ¿Con qué frecuencia recibía el hijo del empresario K esos bolsos llenos de billetes? ¿Cómo se repartían esos millones de dólares?

Sin embargo, las imágenes tienen un fuerte impacto simbólico. La forma en la que arrastran el “cargamento” de dinero; el modo y la avidez con que lo cuentan; el brindis con whisky; las risotadas... Todo conforma una escena que resulta por lo menos sugestiva, cuando no directamente sospechosa. El video, además, no es una “pieza” aislada. Parece encajar a la perfección con otros datos conocidos.