Siguen rodando

Luego del compilado en vivo “5X5” y el disco “Cerca de las nubes”, en el que la banda concretó una incursión sonora muy interesante. Las Pelotas preparan “Brindando por nada”, su nuevo disco en estudio.

En esta ocasión, el grupo optó por trabajar de acuerdo con su tradición sonora, mezclando toques post-punk con canciones de un pop más melancólico.

La producción corrió por cuenta del tecladista Sebastián Schachtel y el vocalista y guitarrista Germán Daffunchio, quienes trabajaron en los estudios Panda con la colaboración de Mariano Bilinkis y en Los Angeles, en la localidad cordobesa de Nono, con la ayuda de Uriel McKern.

El disco comienza “arriba” con “Algún día será mejor” que tiene a la banda calentando la maquina hasta que la batería de Gustavo Jove, las guitarras de Germán Daffunchio y de Tomas Sussman, van por un estribillo estridente y épico en la línea de su anterior álbum.

“Víctimas del cielo” tiene un moderno trabajo de guitarras, bases procesadas y Daffunchio carga la canción de melancolía con una letra existencialista. “Era”, por su parte, arranca con un bajo juguetón de Gabriela Martínez, con el apoyo de Jove, hasta que con su voz Daffunchio les da paso a las guitarras que se ubican en un segundo plano, ya que la melodía la lleva encima la bajista.

Martínez se “viste” de Flea y la canción recuerda a los temas de Red Hot Chilli Peppers compuestos por John Frusciante e inspirados en los Beach Boys, Brian Wilson y bandas de la new wave californiana.

La estirpe “pelotera” aparece en “Como una estrella”, con las guitarras y la base desgranando sonoridades energéticas, combativas, que empujan una letra optimista de Daffunchio.

“Nada es real” lo tiene a Schachtel jugando con un theremin sintetizado, mientras suenan un par de acústicas en plan canción nocturna, en medio tiempo, con aire romántico.

La arengadora y funky “Hasta el fondo del río” precede a “El amor hace falta”, cruda y guitarrera y la canción que da el nombre al disco, “Brindando por nada”, que tiene un comienzo dramático con las guitarras generando climas acompañadas por teclados, mientras la base ejecuta una balada desértica, nocturna. En el medio, Tomás Sussman clava un solo que remite a un cielo cargado de electricidad, rayos y truenos.

Las guitarras siguen severas y protagónicas en “se puede romper”, donde las Pelotas apuestan a una furia ordenada y espesa. El disco cierra con Daffunchio y Schachtel compartiendo una balada desgarrada y climática, en la que los arreglos remiten al azote del viento.

Gabriela Martínez
Germán Daffunchio
Los Angeles
Mariano Bilinkis
Sebastián Schachtel

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