Una declaración fuerte que no despeja interrogantes clave
| 5 de Marzo de 2016 | 02:43

La declaración de Stiuso ha provocado un fuerte impacto político, lo mismo que su sorpresiva irrupción televisiva para increpar “en vivo” al ex fiscal Luis Moreno Ocampo. ¿Pero ha cambiado algo de fondo en el rumbo de la investigación del caso Nisman? ¿Aportó Stiuso elementos que conduzcan a un esclarecimiento del caso? ¿Hay algo nuevo en esta trama de misterios, oscuridades y contradicciones que no ha podido aclararse en los catorce meses transcurridos desde la conmocionante aparición del cuerpo del fiscal en el baño de su departamento?
Las primeras respuestas a estos interrogantes no parecen del todo alentadoras. Los propios abogados de Stiuso han dicho que en su declaración (llamativamente extensa) no aportó pruebas directas, porque no las tiene (dijeron los letrados) sino sus propias conclusiones e interpretaciones de lo sucedido.
Por supuesto, las “conclusiones e interpretaciones” de Stiuso pueden tener un valor que, probablemente, no tienen las de otros actores vinculados de una u otra manera a este caso. Pero, así y todo, no dejarían de ser “interpretaciones” de un hecho al que le han sobrado, precisamente, interpretaciones, conjeturas e hipótesis de todo tipo.
Stiuso es un hombre con antecedentes complejos. Fue, durante décadas, un engranaje clave del sistema de inteligencia estatal. Trabajó para todos los gobiernos desde el 72 hasta Cristina. Escaló peldaño a peldaño en la jerarquía de la ex SIDE. Y se convirtió en una especie de poder permanente dentro de esa estructura que ha amparado mecanismos oscuros y viciosos a través de los años.
Es un ex espía curtido en mil batallas, que un buen día terminó desplazado por Cristina Kirchner y expulsado a una suerte de exilio teñido de sospechas.
El que habla, entonces, es un hombre que conocía a Nisman en profundidad; que conoce como nadie los secretos de inteligencia; que maneja información privilegiada y que, al mismo tiempo, tiene muchas facturas personales por pasar.
No es la primera vez que Stiuso declara ante la Justicia por la muerte de Nisman. De hecho, la sorpresiva denuncia penal que hizo la jueza Palmaghini contra la fiscal Fein es por una supuesta omisión en el acta de la declaración anterior. No constaría en aquel documento que Stiuso afirmó que “a Nisman lo mataron”.
El ex espía, sin embargo, no había ido aquella vez tan lejos como ahora. En esta última declaración apuntó a la ex presidenta Cristina Kirchner, a Carlos Zannini, a Aníbal Fernández. Fue explícito, además, en adjudicarle el crimen a un grupo vinculado al gobierno anterior. Mencionó a Quebracho y a D’Elía. ¿No lo hizo antes porque tiene ahora elementos que antes no tenía? ¿Es porque el cambio de gobierno le ha dado margen no sólo para volver al país (después de varios meses en un lugar no conocido de Estados Unidos) sino también para decir cosas que antes no se animaba a decir?
La causa se ha reactivado. Probablemente adquiera un nuevo rumbo si efectivamente pasa al fuero federal. Pero las preguntas todavía son las mismas. Y no hay -como no había antes de la última declaración de Stiuso- pruebas que conduzcan al esclarecimiento. ¿Aparecerán?
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