Corrientes marinas para crear “electricidad azul”
| 14 de Mayo de 2016 | 23:43

Un generador eólico o aerogenerador, es básicamente un gigantesco molino que aprovecha la fuerza del viento para mover sus aspas y hacer girar el eje rotor de un generador que produce finalmente la electricidad aprovechando esa rotación. ¿Qué ocurre si las aspas del ese molino son movidas por corrientes de agua y no de aire? El resultado es el mismo: una cantidad considerable de electricidad aprovechable obtenida a partir de un recurso natural renovable.
En esta tecnología están trabajando los expertos del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa (OIST, por sus siglas en inglés), una universidad japonesa, quienes ya han desarrollado y están probando con éxito un diseño de turbina generadora para corrientes oceánicas.
Según el OIST, “los combustibles fósiles, como los hidrocarburos, han propulsado la revolución industrial y los posteriores avances tecnológicos, pero nuestro futuro no puede basarse en ellos, entre otras cosas porque son un recurso finito y estamos muy cerca de agotarlo”.
Para estos especialistas, las energías solar y eólica suelen considerarse como la principal locomotora de la revolución energética, “pero cada vez está más claro que los paneles solares y las turbinas de viento no pueden proporcionar por sí solos toda la energía que necesitamos, teniendo en cuenta además que el consumo de energía en el mundo es cada vez mayor”.
Debido a los ciclos día-noche y a los patrones climáticos estacionales, las energías fotovoltaica y eólica son intermitentes, y las centrales para explotar estas fuentes energéticas a escala comercial requieren grandes extensiones de tierra, de acuerdo a la universidad japonesa.
Según el OIST, las corrientes oceánicas son otra fuente de energía comparable a los combustibles fósiles en términos de consistencia y fiabilidad, y al mismo tiempo limpia y renovable.
Para aprovechar este recurso natural, la Unidad de Microscopía cuántica (Quantum Wave Microscopy Unit o QWMU) del OIST ha diseñado una turbina marina para aprovechar la energía de la corriente oceánica de Kuroshio, que fluye a lo largo de la costa japonesa. Este diseño es especialmente adecuado para las regiones devastadas regularmente por tormentas y tifones, como Japón, Taiwán y las Filipinas, según sus autores. “Esta turbina opera en la capa media de la corriente, a unos 100 metros por debajo de la superficie, donde las aguas fluyen con calma y de manera constante, incluso durante las tormentas fuertes”.
“Nuestro diseño es simple, fiable y de bajo consumo y la turbina comprende un flotador, un contrapeso, una góndola que aloja los componentes de generación de electricidad y tres palas o aspas”, señala el doctor Katsutoshi Shirasawa, un científico de la QWMU, que trabaja en este proyecto innovador.
Para este experto resulta esencial reducir al mínimo el número de componentes, para que el mantenimiento del sistema sea fácil, de bajo costo y con una baja tasa de fallos.
El diseño del OIST es un híbrido entre una ‘cometa’ y una turbina eólica: consiste en una turbina oceánica anclada al fondo marino con un cable y que está inmersa dentro de la corriente mientras el agua hace girar sus tres cuchillas.
Las corrientes oceánicas son bastante lentas, con una velocidad promedio de 1 a 1,5 metros por segundo, pero no se detienen ni cambian de dirección y dado que el agua es 800 veces más densa que el aire, incluso una corriente muy lenta contiene una energía comparable a la de un fuerte viento, según el OIST.
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