Cacerolazos contra Temer en las principales ciudades de Brasil

Mientras el presidente interino daba una nota por TV, una ruidosa multitud en las calles pidió su renuncia

El presidente interino de Brasil, Michel Temer, afirmó el domingo por la noche en una entrevista televisada que espera reducir el desempleo y traer estabilidad económica y política al país más grande de América latina. La nota a Temer motivó una ola de cacerolazos en ciudades como Brasilia, San Pablo, Río de Janeiro y Porto Alegre, donde la gente salió además a las ventanas de sus casas para gritar “Fuera Temer”.

El cacerolazo se suma a las protestas realizadas la semana pasada en distintos puntos de la nación contra el político del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que asumió la presidencia del país por 180 días mientras transcurre el proceso de juicio político contra la presidenta electa de forma democrática, Dilma Rousseff. Durante la entrevista transmitida por TV Globo, el mandatario interino refutó las críticas que recibió al integrar un gabinete sin mujeres ni negros y anticipó su intención de incorporar al mismo, en el futuro próximo, a por lo menos cuatro féminas.

Temer, un político de centro que asumió interinamente la semana pasada después de que el Senado decidiera someter a un juicio político a la ahora suspendida mandataria Dilma Rousseff, dijo que su gobierno reducirá el gasto público donde sea posible y que es esencial reformar el actual sistema de pensiones de Brasil.

Repitiendo la promesa hecha la semana pasada, Temer insistió en que los recortes de gastos no afectarán los populares programas sociales que caracterizaron los 13 años de gobierno del Partido de los Trabajadores (PT, de izquierda).

El recién asumido Gobierno de Brasil está luchando por identificar reformas que le permitan revivir la alicaída economía del país, que atraviesa su peor recesión en décadas. Además de reducir el déficit presupuestario, el Gobierno debe controlar una inflación de casi dos dígitos y una tasa de desempleo en aumento. Temer, que era hasta la semana pasada el vicepresidente de Rousseff, permanecerá como presidente interino mientras ella enfrenta el juicio político por acusaciones de violar leyes presupuestarias, que podría extenderse por hasta seis meses y que podría terminar con su destitución definitiva. Temer dijo que no buscará la presidencia más allá del actual período presidencial que se extiende hasta el 2018. Al ser preguntado sobre cuál le gustaría que fuera el legado del período en que estará al mando del país, Temer expresó: “reducir el desempleo y ver a un país en calma”.

En este marco, admitió que no posee la popularidad de Rousseff. “Fui electo conjuntamente con la señora presidenta, los votos que ella recibió yo también los recibí (...) Pero, reconozco que no tengo esa inserción popular, que sólo ganaré si desde nuestro gobierno, que es legítimo aunque interinamente, produzco un efecto benéfico para el país. Creo y tengo esperanza que lo conseguiremos”, añadió. Temer indicó además que no interferiría con las investigaciones por corrupción en curso que han afectado a gran cantidad de políticos en los últimos años.

En una entrevista separada, el nuevo ministro de Hacienda de Brasil, Henrique Meirelles, aseguró que el gobierno interino necesita reordenar las finanzas públicas, pero que no recortaría programas sociales.

América
Brasilia
Dilma Rousseff
Fuera Temer
Henrique Meirelles
Michel Temer
Movimiento Democrático Brasileño
Porto Alegre
San Pablo
TV Globo

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE