Relaciones humanas: ¿podemos ser amigos de una ex pareja?

Un estudio reciente asegura que quien guarda una amistad con un ex escondería rasgos negativos

¿Se puede ser amigo de una ex? La pregunta, acaso tan remota como remota son las relaciones entre hombres y mujeres, parece ahora encontrar una nueva respuesta ideal para agitar el debate: según una investigación liderada por dos especialistas de la Universidad de Oakland, en Estados Unidos, tener una relación de amistad con quien se estuvo en pareja podría reflejar rasgos psicopáticos. ¿Puede ser para tanto?

Polémicas al margen, lo cierto es que, luego de realizar un estudio del que participaron 861 voluntarios, los psicólogos Justin Mogilski y Lisa Welling explicaron que ese tipo de vínculos, que a primera vista pueden parecer inofensivos y hasta civilizados, podría esconder un costado manipulador característico de las personalidades psicópatas.

el estudio

En el marco de la investigación, concretamente, se pidió a los participantes que respondan una serie de preguntas como, por ejemplo, cuál era su relación con sus ex parejas después de la ruptura y qué razones tenían para seguir siendo amigos. Asimismo, debieron completar una batería de cuestionarios diseñados para dejar en evidencia rasgos de su personalidad.

Una vez examinados los resultados, los profesionales arribaron a dos conclusiones: si bien muchos solían mantener la cercanía por el cariño y el apego emocional, muchos lo hacían por interés. Entre las principales causas señaladas para cultivar la amistad, los voluntarios indicaron que ofrecía, a ambas partes, la oportunidad de obtener “beneficios”, como información, dinero, amor y hasta sexo.

Al tanto del trabajo, la psicóloga local Carolina Braganti sostiene que, si bien cada pareja y ex pareja representan un universo aparte y con códigos propios e intransferibles, “hablar de amistad entre ex supone una delgada línea que no todos saben distinguir: una cosa es tener una buena relación por algún motivo en particular, como lo pueden ser hijos en común o determinados compromisos laborales, y otra es ser amigos de verdad, de esos que se cuentan cosas y se aconsejan. Esto es más complejo y habría que preguntarse ahí si efectivamente está cerrada la relación que se mantuvo previamente”.

Para la experta, además, los tiempos de las redes sociales vinieron a enredar un poco más las cosas. “Hoy las relaciones se mantienen en una especie de vidriera -opina-. Romper con alguien con quien se compartía el Facebook, por ejemplo, implica tener que cambiar de status emocional frente a todos tus contactos. Antes, el común de la gente ni sabía si tenías novio pero ahora lo saben cientos de personas con las que uno ni siquiera tiene un trato cotidiano. Esas personas ahora no sólo saben que estás de novio sino cuando te peleaste”.

Volviendo al estudio, los doctores Mogilski y Welling descubrieron que aquellos que siguen en contacto con su antiguo amor suelen reunir una mayor cantidad de rasgos típicos de personalidades oscuras que los que cortan definitivamente la comunicación. Al hablar de rasgos ocuros, sostienen los expertos, se habla de una personalidad interesada, que busca sacar ventaja de algo o que, en todo caso, quiere mantener un mínimo control sobre el otro.

Dentro del universo planteado por el estudio, incluso, surge un dato exclusivo del género masculino: los hombres son más propensos a mantener el contacto para poder seguir teniendo sexo.

Para los hombres, el pragmatismo y la disponibilidad sexual demostraron ser más importantes que para las mujeres, un resultado que ya se esperaba, teniendo en cuenta la evidencia de otras investigaciones sobre la amistad con personas del sexo opuesto.

Así las cosas, la conclusión más importante que la investigación puso sobre el tapete es que no todas las personas tienen intenciones puras y transparentes a la hora de entablar una conexión post ruptura, en especial si tienen una personalidad con rasgos oscuros que pueden implicar un alto grado de narcisismo o una psicopatía encubierta. Aunque, claro: como dice Braganti, cada pareja es un mundo y en ese mundo hay códigos propios y que suelen ser intransferibles.

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