“Basta de maldad”, les pide el Papa a los terroristas

CRACOVIA- El Papa visitó ayer la Iglesia de San Francisco en Cracovia, donde se encuentran las reliquias de dos misioneros polacos asesinados en Perú, y allí rezó una oración por las víctimas del extremismo y para que “los terroristas reconozcan la maldad de sus acciones”.

“Mueve los corazones de los terroristas para que reconozcan la maldad de sus acciones y vuelvan a la senda de la paz y el bien, el respeto por la vida y la dignidad de cada ser humano, independientemente de su religión, origen o estatus social”, pidió el Pontífice en un rezo inesperado y fuera de programa, en la Iglesia que aloja las reliquias de dos franciscanos asesinados por la guerrilla peruana Sendero Luminoso en 1991.

“DESTRUCTIVO OLEAJE”

“Venimos a implorarte que ampares al mundo y a sus habitantes con la paz, alejando de él el destructivo oleaje del terrorismo, restaurando la amistad y derramando en los corazones de tus criaturas el don de la confianza y la prontitud para perdonar”, agregó Francisco en el rezo que hizo antes de encabezar una Vigilia multitudinaria en el “Campus Misericordia” de Cracovia con participantes de la XXXI Jornada Mundial de la Juventud.

“Dador de la vida, te pedimos también por todos los que han muerto, víctimas de los brutales ataques terroristas. Concédeles la recompensa y la alegría eternas. Que intercedan por el mundo, sacudido por la angustia y desgracias”, afirmó en su oración homenaje a los mártires de Pariacoto.

“Te rogamos por los heridos en los ataques terroristas: los niños y los jóvenes, las mujeres y los hombres, los ancianos, las personas inocentes y los que han sido agredidos por casualidad. Sana su cuerpo y el corazón, que se sientan fortalecidos por tu consuelo, aleja de ellos el odio y el deseo de la venganza”, agregó en la Iglesia donde se veneran las reliquias de los beatos polacos Zbigniew Strzałkowski y Michał Tomaszek.

“Santo Espíritu Consolador, visita a las familias que lloran la pérdida de sus familiares, víctimas inocentes de la violencia y el terrorismo”, demandó en su rezo Francisco.

“Con gran esperanza, suplicando el don de la paz y pidiendo que alejes de nosotros el látigo del terrorismo”, finalizó el Papa.