Profundo dolor en el último adiós
| 25 de Agosto de 2016 | 02:05

Ayer, pasadas las tres de la tarde, comenzó el velatorio de Guillermo Luna y Laura Favre, la pareja acribillada a balazos en la localidad de Gorina.
Con muestras de congoja y dolor, familiares y allegados a las víctimas comenzaron muy lentamente a acercarse hasta la cochería de 56 entre 9 y 10, donde también estuvo su hija, de 16 años.
Miradas perdidas, ojos llorosos, abrazos interminables. La escena, por momentos, desbordó de angustia y tensión.
La adolescente siempre estuvo acompañada por sus amigas y compañeras de cuarto año del colegio Eucarístico, donde en horas de la mañana, con su ausencia obligada, se desarrolló una misa en memoria de los padres fallecidos.
Cabe destacar que en consonancia con la postura adoptada desde que ocurrió este terrible episodio, cargado de misterio y violencia, nadie hizo declaraciones a la prensa.
Solamente, en medio de la cobertura periodística montada un rato antes frente al domicilio familiar, en el barrio de Las 10 Manzanas, un grupo de personas cercanas a la adolescente pidió “respeto”.
“No vamos a hablar. Queremos preservarla -por la chica-. Todos estamos muy preocupados por ella”, habrían sido sus palabras. Después, dieron media vuelta y volvieron a ingresar a la propiedad de la calle 510 entre 17 y 18.
Por último, se supo que el cortejo fúnebre quedó previsto para hoy, a partir de las 09.15, cuando los cuerpos de Luna y Favre serán llevados hasta la Necrópolis local.
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