El Normal Mary O. Graham y las maestras de Sarmiento
| 11 de Septiembre de 2016 | 02:06
Por HERNAN LUNA (*)
En 200 días, salvando las “imponderables tradiciones”, el ala del histórico y magnífico edificio del Normal 1, que da a la calle 15, frente a nuestra colosal Catedral gótica (única en el mundo de ladrillo visto, con ascensor, museo, restaurante y baños públicos, espectaculares vitraux franceses, bellísimos confesionarios de nogal italiano, y 27 melodías electrónicas, entre otras numerosas calidades edilicias) lucirá como en 1932 , año de la inauguración del imponente edificio.
Luego de numerosos dimes y diretes se ha dado comienzo a la obra de “rehabilitación y puesta en valor” del Normal 1. La inversión supera los 13 millones de pesos. Abarca desde el subsuelo, donde hay aulas secundarias, hasta la planta alta. La puesta en valor de un edificio patrimonial es una obra atípica en escuelas de la Provincia y la primera vez que se encara en el monumental Normal Nº 1 “Mary O. Graham.” de La Plata, que luce su esplendor de edificios, patios y jardines en una manzana completa en el centro geográfico de la ciudad.
LAS MAESTRAS DE SARMIENTO
Sarmiento, el gran estadista, impulsó en su Presidencia la educación pública (primaria, universal, obligatoria y gratuita). Tomando el modelo concebido en EE UU por Tomás Mann, desde Boston, y con su visión profética supo darle a la mujer argentina el papel preponderante de incorporarla a la sociedad para desempeñar la venerable tarea de educar al pueblo, que en su gran mayoría era analfabeto.
Pero ¿Cómo hacerlo? Si en la Argentina no había maestros, ni planes, ni educación, ni escuelas conforme su enorme territorio y las existentes eran muy pocas.
A la sazón, Sarmiento era embajador en EE UU y había podido comprobar la excelencia del método instrumentado por Mann, tenía “a mano sus maestras” y la colaboración incesante de la esposa de este. Por lo tanto esa crítica antojadiza y falaz de algunos pseudos nacionalistas, de que trajo maestras norteamericanas, no resiste el menor análisis.
La llegada de maestras norteamericanas se extendió casi 30 años. Entre 1869 y 1898 llegaron al país 61 maestras y 4 maestros. Todos ellos formados en el excelente método de Pestalozzi. A pesar de que los planes de Sarmiento estaban sobre todo dirigidos a atraer mujeres, no fue una mujer, sino un hombre, John Stearns, quien abrió la primera Es cuela Normal. Stearns llegó a Buenos Aires en 1870 e inauguró la legendaria Escuela Normal de Paraná. Por un lado se enseñaba allí a las normalistas; por otro, estaba la Escuela de Aplicación, donde se cursaban la primaria y la secundaria. El idioma inglés se dictaba desde el primer año y el francés desde quinto.
El plan de estudios había sido diseñado por Stearns. Su labor fue admirable. En pocos años, creó un centro de formación modelo. Paraná era el primer destino de todas las maestras que llegaban a la Argentina. Debían pasar cuatro meses allí para aprender el castellano e informarse de los métodos y del plan establecido. Después se les asignaba escuelas en distintas partes del territorio nacional. Durante los años que Stearns trabajó en Paraná, se produjeron dos levantamientos de López Jordán (el asesino intelectual de Justo José de Urquiza), lo que obligó a interrumpir los cursos. Una de las maestras, Jennie Howard, destinada a Corrientes, tuvo que guarecerse en el fondo de su escuela y pasar días sin salir, porque en las calles de la ciudad los caudillos rivales se mataban a mansalva.
MARY OLDSTINE GRAHAM
Mary Graham nació el 13 de agosto de 1842 en Saint Louis, Estado de Misisipi (EE UU), de cuyos fundadores era descendiente. Cursó el magisterio en su ciudad natal, que en aquella época se distinguía por su Escuela Normal de maestros de primeras letras y de jardín de infantes.
Formó parte del grupo de maestras norteamericanas que, contratadas por Sarmiento, vinieron al país en 1879 para organizar y dirigir nuestras primeras Escuelas Normales.
Inmediatamente fue designada profesora para la Escuela Normal de Paraná, donde residió seis meses.
Fundada la de San Juan el 27 de mayo de 1879, miss Mary pasó a ocupar la vicedirección de la misma en 1880, año en que el establecimiento empezó a funcionar. No se le dio la dirección, que desempeñó la educadora chilena María Luisa Villarino de Del Carril, porque no poseía suficientemente nuestro idioma.
En 1883 asumió la dirección de la escuela hasta 1888, en que fue ascendida y trasladada a La Plata para organizar la Escuela Normal con amplias facultades.
La Normal de La Plata se instaló en un edificio provincial y abrió sus puertas el 13 de agosto de 1888. Miss Graham inició su escuela común con un Jardín de Infantes y una Escuela Primaria o Departamento de Aplicación, asignando al 5º y 6º grados los profesores que el gobierno había nombrado para el curso normal, cuyo primer año sólo comenzó a funcionar en 1889 con los mejores alumnos del 6º grado. Miss Graham organizó el establecimiento con el sistema norteamericano de severa disciplina, poniendo en práctica métodos que más tarde difundió la escuela activa, en la cual predominó “el hacer sobre el decir”.
Educada en la idea de que “el deber es superior a toda conveniencia y la búsqueda de la verdad el mejor empleo de la vida”, imprimió en el establecimiento el sello de su personalidad enérgica y definida.
En ese tiempo la escuela era mixta y funcionaba con turno discontinuo.
Su Jardín de Infantes, instalado y organizado de acuerdo con los principios de Froebel, fue uno de los primeros del país.
Miss Graham falleció el 10 de marzo de 1910 en ejercicio del cargo de directora.
El 13 de agosto de 1913 se impuso su nombre al aula de 4º año normal y el 13 de agosto de 1926 a la misma escuela, que lleva el Nº1 de la ciudad de La Plata.
La influencia espiritual y moral de esta educadora fue tan importante, que aún en vida de ella sus discípulas y admiradoras fundaron en el año 1906 el Centro “Mary O. Graham.”, que continuó desarrollando las actividades pedagógicas y culturales que determinaron su creación y mantuvieron viva la memoria de esta eximia educadora.
LA NECESIDAD DE LA HORA
Aquellas ideas de las generaciones de 1837 y 1880 son un tema crucial para la Argentina. Si no recuperamos una educación de excelencia, como fuera la descripta, seguiremos siendo un país subdesarrollado sin futuro y a la deriva. Debemos recuperar aquel nivel de educación que nos hizo ocupar el primer lugar en Latinoamérica y uno de los diez primeros en el concierto de las naciones . Estos breves trazos de la educación de otrora nos deben servir como inspiración para construir un sistema educativo que responda a las necesidades de un mundo nuevo, muy distinto, pero que conserva rasgos esenciales de aquel pasado y de aquella tradición.
(*) Docente universitario (U.N.L.P.)
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