Se cumplen 15 años del atentando terrorista que cambió al mundo
| 11 de Septiembre de 2016 | 02:45

Estados Unidos conmemora hoy el 15° aniversario de los atentados de 2001 contra las Torres Gemelas y el Pentágono, ataques que dejaron una huella imborrable y marcaron un antes y un después en todos los ámbitos de la vida de los norteamericanos y en gran parte del mundo.
El aniversario cae en la recta final hacia las elecciones presidenciales en aquel país, y tanto la candidata demócrata Hillary Clinton como el republicano Donald Trump harán una pausa en sus campañas, tal como se acostumbra desde los ataques.
Ninguno de los candidatos, los dos primeros neoyorquinos, por nacimiento o adopción, en competir por la Casa Blanca tras los atentados, asistirá a la conmemoración en el memorial de la Zona Cero (Ground Zero) de Nueva York, como se llama al lugar donde se alzaban las Torres.
El presidente Barack Obama dará un discurso en el Pentágono en su última conmemoración del 11-S como mandatario antes de dejar el cargo desde el cual autorizó la operación de 2011 que terminó con la muerte de Osama Ben Laden, el ideólogo de los atentados.
Además de su impacto geopolítico, los atentados de la red islamista Al Qaeda con cuatro aviones de pasajeros secuestrados, que dejaron 2.997 muertos y más de 6.000 heridos, tuvieron profundos efectos en la política, la economía, la sociedad y la cultura de Estados Unidos y de gran parte de mundo.
La estructura del gobierno, la legislación antiterrorista, la sensación de seguridad y la percepción de las minorías musulmanas; la forma de viajar en avión y de relacionarse, los hábitos religiosos, el cine, la literatura, la música y hasta el lenguaje, nada escapó al trauma.
La angustia respecto de futuros ataques se extendió entre los estadounidenses, en línea con un sentimiento de temor e indefensión, un incremento de la vigilancia y una mayor demanda de seguridad.
El miedo que se apoderó de la población justificó y legitimó ése y otros retrocesos en las libertades civiles y los derechos humanos que acompañaron a la “guerra contra el terrorismo” que Washington impuso al mundo -y a los propios estadounidenses- después de los atentados.
También se documentó un gran impacto del 11-S en las creencias religiosas. En algunos casos se vio reforzada como forma de hallar consuelo ante la pérdida de seres queridos, mientras que en otros hubo fuertes cuestionamientos e incluso pérdida de la fe ante la incapacidad de reconciliar la perversidad de los atentados con la existencia de Dios.
Favorecido por sus interminable reproducción en los medios y la cultura popular, los atentados más grandes de la Historia también generaron un potente simbolismo iconográfico, debido al hecho de que las Torres Gemelas y el Pentágono representaban el poder económico y militar de Estados Unidos.
Así, muchos vieron al 11-S como un ataque a la supremacía económica y militar estadounidense, además de un símbolo de la “guerra al terrorismo”. Aunque no se sabe a ciencia cierta, se cree que el avión que se estrelló en Pensilvania se dirigía contra la Casa Blanca o el Capitolio, símbolos del poder político del país.
En el plano político e institucional, los atentados derivaron en la mayor reestructuración del gobierno de Estados Unidos de los tiempos modernos, con la creación del Departamento de Seguridad Interior, mediante la Ley de Seguridad Interior, de 2002, para coordinar los esfuerzos antiterroristas.
El Congreso también sancionó una ley antiterrorista, la Ley Patriótica, que dio a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y a otras el poder de espiar, sin permiso de un juez, las comunicaciones, los e-mail y el uso de Internet de los ciudadanos estadounidenses e incluso de millones de personas en el extranjero.
Los ataques también cambiaron la rutina de los aeropuertos. La Administración Federal de Aviación (FAA) ordenó que se reforzaran las puertas de las cabinas de los aviones y asignó a los vuelos agentes de seguridad encubiertos.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE