Sacó un arma, la apoyó en el mostrador y quedó filmado

Con dos robos en 45 días, la dueña de un almacén de 6 y 68 empieza a cansarse de la inseguridad. Sobre todo si se tiene en cuenta que, también a partir de otro asalto anterior, instaló cámaras en su local que filmaron este nuevo hecho, sucedido el lunes a la noche. El problema es que a la mujer todavía no le pidieron la filmación para rastrear al delincuente, según ella misma denunció.

A las 20.20 alguien tocó el timbre para que le abrieran. Esa medida adicional de seguridad -controlar antes a quién permitirle pasar- no sirvió para impedir el ataque. “No me pareció raro”, señaló Daniela acerca de por qué dejó que el sujeto entrara.

El ladrón no fingió nada, pero se cuidó. “Puso el arma sobre el mostrador, la tapó con la mano y me dijo en voz baja que le diera toda la plata”, siguió contando la dueña del negocio.

La hija de la comerciante no se dio cuenta, a pocos metros, de lo que pasaba. Algo parecido le pasó a Daniela, que al principio no caía en que le iban a robar.

Sus dudas se terminaron cuando el delincuente volvió a esgrimir la pistola con más energía y le lanzó la primera amenaza concreta: “Dame todo porque te quemo”.

Recién ahí la víctima reaccionó y le entregó la recaudación. Al delincuente no le alcanzaba e insistía. Al final, se apoderó de unos mil pesos, después de seguir insistiendo por los billetes de 100.

Había algo de apuro y de nervios en el ladrón, que dejó apropósito la puerta abierta para irse cuanto antes. Justo cuando un cliente estaba por entrar al almacén, el asaltante salió a la calle y se escapó corriendo hacia avenida 7.

“La Policía vino y no lo pudo atrapar. Les dije que lo tenía filmado en las cámaras, pero no me dieron mucha bolilla realmente. Prometieron que iban a andar un poco más por acá, aunque no volví a ver un patrullero aquella noche o el martes”, se quejó Daniela en diálogo con este medio.

preocupacion

A fines de julio fue la anterior vez que robaron en ese negocio: barretearon la reja, rompieron un vidrio lateral y entraron en el comercio cuando era madrugada. De esa manera consiguieron llevarse una notebook, la plata de la caja y algunos elementos de trabajo.

“Desde el primer robo puse alarma y cámaras”, se lamentó ella. En ese comercio ya hubo varios antecedentes más. Algunos se los achacaron a una banda de menores que solía andar por la zona de Plaza España.

A sólo cuatro cuadras, en las últimas semanas robaron dos veces en un kiosco de 6 y 63, síntoma de un barrio en jaque.