¿Influye la genética para estar entre los más rápidos del mundo?

Hasta ahora solo se encontró un gen que lo demostraría. Pero para los científicos no es suficiente

El éxito deportivo es una combinación de muchos factores: entrenamiento, constancia, contexto socioeconómico y fortalecimiento mental. Pero muchos se preguntan si en eso también interviene la genética.

Sin embargo, hasta el momento solo se conoce una variante en el ADN claramente vinculada al rendimiento deportivo, y más concretamente en las pruebas de velocidad y explosividad.

Hace ya una década que se constató que aquellas personas que tienen en sus dos copias cromosómicas una variante del gen ACTN3 son más lentas, menos explosivas, y se calcula que entre uno y dos individuos de cada diez tienen mutadas las dos copias de este gen.

Estas personas son incapaces de expresar una proteína imprescindible para que los músculos se contraigan de un modo explosivo, como debe ocurrir, por ejemplo, en la salida de los cien metros llanos.

Esta mutación es exclusiva de los humanos, ya que según los genetistas somos los únicos para los que la explosividad muscular no es una ventaja evolutiva a la hora de sobrevivir, y apareció hace entre 40.000 y 60.000 años.

“Esta variable en el ADN -explica el genetista Alejandro Lucía- surgió posiblemente con nuestros ancestros saliendo de Africa hacia Europa y Asia. Y actualmente es muy poco frecuente en las poblaciones africanas, en donde precisamente están los grandes velocistas, al igual que entre sus descendientes afroamericanos o jamaiquinos”.

Para este médico e investigador, esta es la única mutación claramente vinculada al rendimiento deportivo, y es bastante improbable que en la última final olímpica de atletismo de los 100 o 200 metros hubiera algún corredor con esta variable genética.

En la literatura científica aparecen más mutaciones vinculadas al deporte, pero no están, a juicio de Lucía, “científicamente claras”, principalmente porque los resultados tienen poca potencia estadística y no se replican.

“En definitiva -señala Lucía, quien también es profesor de Fisiología del Ejercicio- tras todos estos años de estudio la principal respuesta a la pregunta de qué importancia tiene la genética en el deporte es que no hay una respuesta clara. No quiere decir que no haya genes o factores genéticos que condicionen el rendimiento, pero a día de hoy no es fácil encontrarlos. El rendimiento depende de muchos factores”.

A principios de año, antes de las Olimpíadas, la revista científica Plus One publicó un estudio que precisamente apuntaba esta dificultad. Allí, los investigadores liderados por Claude Bouchard, de la Universidad Estatal de Lousiana (EEUU), constataron que entre los mejores corredores de larga distancia del mundo y el resto de la población no había diferencias genéticas claves.

En total, los científicos analizaron datos de 1.520 atletas de resistencia y 2.760 no deportistas.

Los participantes eran de Australia, Etiopía, Japón, Kenia, Polonia, Rusia y España, y en cada país se hicieron estudios.

Al igual que hay variantes genéticas que se saben dan mayor predisposición a enfermedades cardiovasculares o esquizofrenia, por ejemplo, los científicos buscaron en los deportistas también “señales” genéticas que explicaran por qué son campeones mundiales.

Sin embargo, no se identificó un panel de variantes genéticas comunes entre los atletas de élite en pruebas de resistencia.

Sin embargo, para los científicos “hay que seguir investigando, porque está claro que existe una predisposición genética a mejorar con entrenamiento. Es cuestión de tiempo, investigación y esfuerzo encontrar los genes”.

Motivación
Más allá del “gen de la explosividad” -el único identificado hasta ahora- los especialistas coinciden en que hay que buscar variantes vinculadas a la función cardíaca y a la pulmonar; al transporte de oxígeno y a la motivación.
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